martes, 26 de octubre de 2010

Viscosueño

Por fin en mi cama. Qué días tan largos son los de Madrid. Los días en las grandes ciudades tendrían que tener 26 ó 27 horas.

El viernes pasado comí a las 6 de la tarde. Si yo le digo eso a mi madre, lo que sufriría pensando qué mala vida llevo. En una familia como dios manda y en una ciudad como dios manda y en una vida como dios manda sólo se come a las dos.

Aún me acuerdo que hace nada pensaba que yo no podría llevar esta vida. Eso de comer todos los días en el lugar de trabajo, no ir a casa a mediodía. Y es que, qué alivio poder ir a casa, lavarte la cara, quitarte los zapatos, la ropa, el yo social. No tener que ofrecer tu tiempo y contar tus cosas a los compañeros de trabajo en ese tiempo de comida. Del táper por lo menos me libro, un catering nos lleva la comida por seis euros al día. Todo el mundo de fuera piensa que no podrá con esta vida de Madrid. Y todo el mundo se acaba acostumbrando. Como a todas las cosas malas se le acaba encontrando justificación o incluso puntos positivos. Así comemos en una hora y salimos antes. Lo del salir antes estaría muy bien si no tuviera una hora de ida y otra de vuelta.

Pues eso, que después de más doce horas fuera de casa, qué bien que me recoge mi colchón viscolástico de última generación. Tecnología de la Nasa. 800 euros. Una auténtica gozada pero nada recomendable si se quiere llegar puntual a trabajar. Yo siempre llego diez o quince minutos tarde. Simplemente, no me puedo separar de esa adictiva sensación de ingravided. Para los encuentros sensuales no es tan bueno porque te hundes demasiado y dificulta los movimientos rápidos y la toma de impulso. Ahí sí que parece que estás escalando por la luna con movimientos lentos y pesados. Así que lo ideal es una pareja con colchón de muelles para...eso...en su casa. Y en la mía, dormir muchas horas acurrucaditas sobre la luna.

3 comentarios:

  1. Ahhh.. será por eso que llego tarde a trabajar entonces...

    bsos!!

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  2. madrid y su ritmo poco lunar, si jejejej ;)

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  3. Lui, tú por aquí? deberíamos mirarnos esto de acabar siempre en los mismo sitios...

    jaja...

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