Por tus besos generosos.
Por mirarme como nadie lo había hecho.
Por elevarme encima de estos grises.
Por buscar mi alma.
Por encontrarla.
Por hacerme perder el recuerdo de mí misma.
Por preguntar, por escuchar, por esperar.
Por tu cara alegre, tus carcajadas.
Por tus pechos pequeños y duros.
Por tus piernas agarrando mis dudas.
Por venir. Por irte.
Por volver.
Esas gracias suenan sinceras...
ResponderEliminarbesos
qué agradecida...claro que hay motivos...
ResponderEliminarGracias a ti...
ResponderEliminar¡Qué bien Marta volviste a escribir, y cómo!
ResponderEliminarYo me pregunto....nunca más tendrás reuniones, de esas, de las divertidas! :-)
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