Hay dos verdades universales.
Todo pasa. Y nada llega. Y de ahí nuestro eterno estado en un punto intermedio, que algunos llaman andar el camino. Francamente, jode, a veces, andar tanto para nunca llegar. O haber llegado, para tener que continuar el camino, sin poder conservar los pasos dados, en una cajita.
- ¿Se está acercando mi etapa anti-zen?
- Sí, pequeño saltamontes. Todo pasa.
- Pero, y ahora qué. ¿Caminar más?. Maestro, estoy un poco perezoso. O, se podría decir que cansado.
- ¿Quieres que te corte las piernas?
- No, no. Pero ¿podría llegar ya a algún sitio?
Pues a seguir caminando...Besos
ResponderEliminarCamina conmigo. Juntas llegaremos. Lo prometo. Confía en mí (y en ti)
ResponderEliminarDeja fluir. Camina sin prisa pero sin pausa. Todos tenemos un lugar.
ResponderEliminarMarta, aunque no puedas o quieras caminar eso eso también es caminar... otra forma de caminar...
ResponderEliminarun abrazo Hora