sábado, 23 de julio de 2016

Beers

La primera cerveza de importación que probé fue la Leffe rubia y fue hace unos 20 años. Un amigo del grupo de teatro me había invitado a su casa y fuimos antes a comprar varias cervezas al Corte Inglés, ya que estaba la semana dedicada a las de importación. 

Realmente hay momentos que cambian tu vida, o que aportan algo que siempre vas a tener. Y no siempre tienen que ser cosas profundas. Así recuerdo yo lo que sentí al probar esa cerveza, que me abría un mundo de posibilidades al paladar y, por supuesto, al asociado mundo etílico. 

En esa tarde, yo me llevé más que mi amigo. Ya que él no consiguió llevarme al huerto y yo conseguí un nuevo mundo de curiosidad.

Un amigo peculiar, mi amigo el mago. Porque hacía magia y estaba terminado la carrera de físicas. Creo que es la persona más inteligente que he conocido y recuerdo nuestras largas conversaciones sobre física aplicada al mundo real, al de los sentimientos, etc. Como el agujero negro del amor...en el que cuanto más te metes, más eres tragado.. Aunque bueno, para saber esto no hace falta ser físico. 

Después de esa Leffe, vinieron muchas (no por número, aunque algunas veces, también), sino por variedad. Desde las archi-conocidas Franziskaner, Paulaner, Chimay, Grimbergen, Judas, Blanca de Brujas, Hoegarden... A un largo sinfín.. Porque ese amigo dejó el mundo de la física y de la magia y puso un bar de cervezas de importación. Y ahí he podido ir conociendo desde las ipas más amargas a las dulzonas stout con lactosa.. Una, de cuyo nombre no puedo acordarme porque cayeron varias, que es la que tiene mayor grado de amargor (¿o se dice amargura?..es que eso me suena a corazón partío).. 

En fin, así podría decir que sé algo de cervezas. Y que al pedir en un bar pregunto cuáles tienen porque la que tengo prohibida es la Mahou roja. Me tomo 2 y me levanta el mayor dolor de cabeza del mundo y no he notado que eso me pase con ninguna otra.

O también influida, porque cuando llegaba alguien al bar de mi amigo y le pedía una Mahou, él siempre ha respondido, "no tenemos, aquí solo tenemos buenas cervezas". Casualidad o no, lo de mi dolor de cabeza es estrictamente cierto. Y, bueno, con la verde no me pasa y me gusta para una tarde de cañas. Vamos que, salvemos a la Mahou también. Que hay espacio para todos en el mercado de las cervezas. 





martes, 12 de julio de 2016

Esto no es una carta de amor

Es una declaración de sexo
Con usted, señorita
No le estoy ofreciendo ni una vida plena, ni pasión hasta el final de los días
Futuro no quiero ofrecerle, ya que, cada cuál debe andar su camino
Y pasado, tal vez, ya lo olvidé, como usted olvidó el suyo
No pido más que un encuentro furtivo donde vaciar el alma
No pido más que usted me entregue esa luminosa sábana blanca que es su cuerpo
A cambio de estos valles dorados del mío
No pido ni tan siquiera ternura, ahora mismo no la necesito
Estoy pidiendo guerra
Una guerra sin muertos, ni sangre, ni sufrimiento
Lo que busco son explosiones y correr por las trincheras
Y dejarse la vida en el campo de batalla
Ese tipo de guerra
Después de la batalla, empezaré a caminar
Cogeré mi mochila y la iré vaciando a cada paso
Y nuestra historia podrá ser eterna
O ni siquiera digna de una telenovela
Pero, al menos, será un buen recuerdo
Con el que morderme los labios
Sentada en la roca más alta
Allá donde de se acabe el mundo
Entiendo que esta propuesta requiere tiempo
Las guerras cortas no son guerras, son invasiones
Pero tampoco le voy a robar más tiempo del estrictamente necesario
Para sentir que ninguna de las dos muere en el campo de batalla
Pero que se defendieron los ideales del bando
Sin más se despide de usted
Esperando acuse de recibo y noticias suyas
Ésta que nunca será eternamente suya
Porque la eternidad es mucho tiempo
O, tal vez, sí,
La eternidad estará siempre con nosotras
Porque la esencia de cada uno de nuestros segundos
Existirá para siempre en la eternidad




viernes, 1 de julio de 2016

Inmóvil


Siento que será para siempre
Que no volveré a mover mis piernas ni mis labios

Conozco muy bien esa posición en mis labios
El de arriba ligeramente sobre el de abajo
Comisura emulando un sútil sonrisa
Como si no pasara nada, como si fuera un día como otro cualquiera

No puedo sentir dolor, ni siquiera indfiferencia. 
No puedo sentir nada

Ella y la distancia
Ella y yo inmóvil

Pero si está lejos, ¿no debería moverme?

Ella y qué más da. 
Ella y ya está bien. 

Ella y los mares de luchas
Y los dientes apretados
Los brazos encogidos
Y las palmas inmóviles

Inmóvil, sí...ya recuerdo

Es un día como otro cualquiera