martes, 30 de noviembre de 2010

Mañana: día maravilloso

Mañana madrugón (cinco menos algo). Viaje en avión (bueno dos, ida y vuelta a La Coruña). El primero voy con mi compañero, bien, me tranquiliza relativamente. Pero por un rollo del auto-check, yo estoy en la fila 8 y él en la 24..Así que espero que nos cambie alguien el asiento; seguro que el de la 24 prefiere ir en la 8. A la vuelta, vuelvo sola... Uff, me tomaré un par de cervezas. Ah no, no me gusta estar "turbada" en el avión, por si hay que escapar y estas cosas, tener los cinco sentidos. jaja

AVE para el norte, ya!!

lunes, 29 de noviembre de 2010

Viaje chamánico

Mi ex me hizo la siguiente meditación o viaje chamánico. Ella con un gong y diferentes campanas tibetanas genera diferentes sonidos que hacen que tu subsconciente reaccione y, por ejemplo, cree una historia. La historia que yo (o mi subsconciente) creó es esta:

Voy corriendo por un camino de tierra. A los lados hay altísimos árboles, una vegetación muy espesa, densa y de un verde muy intenso. Es una selva. A mi lado, o cerca de mí veo pasar un jeep blanco. Yo sigo corriendo. Llego a un lago, me meto, nado. Tengo una larguísima cabellera negra y disfruto empapando todo mi pelo en el agua. Salgo. Empiezo a escalar una montaña a cuatro patas como si fuera cualquier animal salvaje. He visto leones. Soy un león. Llego a la cima y empiezo a flotar sobre las nubes. Estoy tumbada boca arriba, flotando; es una sensación muy placentera. Estoy así bastante tiempo. Pero escucho sonidos muy bruscos que me hacen descender. De repente, me veo entre maleza, tierra y barro.Soy un león encerrado entre la maleza, estoy cubierta de barro hasta la cintura. Pero mi pecho, mi cabeza y mi cabellera brillan como el oro. Me pregunto qué estoy haciendo allí. Parece que no puedo salir de allí. Muevo mi cabeza a un lado y a otro. No sé qué hago allí y qué tengo que hacer. Muevo mi cabeza cada vez más rápido, describiendo círculos. Por fin, me concentro y decido hacerme una pregunta que tengo que responder: ¿qué estoy buscando?. Como una iluminación, recibí la resupuesta. Con los movimientos de mi cabeza estaba dibujando el ocho tumbado, el símbolo matemático del infinito. Esa era mi respuesta. Estaba buscando el infinito.

Como análisis posterior, ella me dijo que tengo muy desarrollados los chakras superiores. El pecho y la cabeza brillaban; es decir, soy muy creativa, siento el amor muy intensamente, soy inteligente, intuitiva y espiritual. Y la parte inferior de mi cuerpo, que estaba como en barro, son los chakras menos desarrollados: lo social, lo sexual, lo terrestre. Estoy mejor en las nubes que en la tierra. Soy más "elevada" que "sexual". Aunque, ella me abría muy bien el chakra sexual. Hacía que funcionara muy bien... Pero sí, he leído más que he follado. Y mi animal de poder es el león.

Noto yo que mi león se está poniendo dorado entero ultimamente...

domingo, 28 de noviembre de 2010

Madam B.

La que fue mi profesora de teatro hace años, nos contó esta historia.

Una mujer de su pueblo había limpiado toda la casa escrupulosamente, había recogido y planchado toda la ropa de su marido e hijos. Se había puesto un whiskey, se lo había tomado y se había quitado vida con la escopeta de caza.

No era lo significativo de esta historia el haberse quitado la vida. Sino cómo. Esa mujer no había bebido en su vida. Decidió irse de este mundo, de esta sociedad, haciendo lo que hace una mujer. Lo que los esquemas sociales habían marcado cuando nació mujer. "Sí, no te preocupes que yo limpio, que es lo que tengo que hacer, ya lo sé. Me voy a ir sin una tachadura, yo siempre he hecho lo que tenía que hacer. Y hoy lo haré mejor que nunca". Pero tomó un wiskey, que nunca había tomado. No cambió de idea ni con el efecto alcohólico de euforia y felicidad que la bebida pudo causarla.  Lo tenía muy claro. "Me voy haciendo todo lo de una mujer y tomando un whisky. Por una vez, haciendo algo como un hombre".

viernes, 26 de noviembre de 2010

Match point

Desde las seis de la mañana en pie y hasta ahora haciendo horas extras (en mi casa y no remuneradas) traduciendo los textos del francés de un nuevo programa que tenemos que ofrecer para cerrar una operación... En fin, eso de que los vendedores,muchas veces, ofrecemos humo, es verdad. En alguna ocasión, hemos vendido programas aún no hechos. Bueno, hechos en la teoría. Imaginados, en defintiva. Pero aún no desarrollados.

En fin que desde las seis sin parar, con demo de por medio, y ya me planto.

Mañana también madrugo. Jornada intensiva de yoga en casa rural de la sierra de Madrid. Haremos varias técnicas: pranayama (respiración de toda la vida), mantras (el ohmmmm y otras similares). Luego comeremos en silencio (vaya, yo que voy para ligar). Y por la tarde, recorrido por la naturaleza, atención acrecentada, se llama (pues con el fresquito de la sierra, a ver si son mis anginas las acrecentadas).

Bueno, en serio, me apetece mucho ponerme mi ropa zen y recibir toda esa buena energía durante todo el día. Se lo he dicho a mis compis de trabajo y me dicen que me va a hacer falta la energía zen. Finales de año, cumplimiento de objetivos, varias operaciones a puntito. Uff, afrontar el momento del match point con buena predisposición. Cuando ya has hecho todo lo posible en un proceso de venta y negociaciación (has mostrado el software, has superado las objeciones, has rebatido el precio) el proceso se queda muchas veces en un punto muerto. Este proceso es una partida de tenis. Saco-recibo. Me la tiran, tengo que recogerla. No puedo perder ningna pelota que me lancen. Y cuando ya sólo queda esta pelota que se queda en punto muerto antes de caer definitivamente, puede pasar cualquier cosa. Puede avanzar o puede pararse (torcerse) la operación. La pelota está en el aire y cualquier cosa puede hacer que vaya a un lado o a otro. Tú ya has hecho todo lo que tenías que hacer (o casi todo). Y sólo algo muy pequeño, un matiz, hará inclinarse la balanza. A veces, muchas veces, tú puedes generar ese matiz, puedes soplar un poquito para que la pelota vaya donde tú quieres. Una llamada al director financiero. Tal vez, al de sistemas. Una llamada agradable, o tal vez, agresiva. Un correo contundente con copia a to dios para que el pánfilo de turno no te esté bloqueando la firma y los demás no se enteran. Otras veces, sencillamente no hay que hacer nada y esperar; cualquier movimimiento haría que la pelota saliera disparada.

Pues digamos que yo tengo muchas pelotas de partido ahora mismo. Muchas operaciones en ese puntito. Y dos, muy gordas. Los análisis de cada situación pasan de la objetividad a la subejetividad en un segundo. Lo lógico no siempre es lo adecuado. Y el camino recto deja de ser el más corto. La intuición supongo que juega un papel muy importante. Creo que está de moda el tema de la intución en los ejecutivos; con multitud de libros y cursos. Y yo, en fin, simpre he tenido la impresión de que no me cosco de nada. Así que, bueno, como todo, me lo tomaré como un aprendizaje. De momento, no lo llevaré tan mal. Llevo ya varios añitos viviendo (y viviendo bien) del rollo este.

Así que mañana me pondré mi ropa zen, mis botas de senderismo y mi plumas colorao. Respiraré todo el aire que pueda de la sierra, y lo iré dosificando para soplar, una por una, a todas mis pelotitas de partido hasta que caigan donde yo quiero.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Like a bird

La próxima semana tengo dos demos en La Coruña. A conocidas empresas de conservas. Nada del otro mundo salvo que me tengo que enfrentar a mis dos grandes miedos:
  • Madrugar (levantarse a las 5 o 4:45). Se me ponen los pelos como escarpias, sólo por escribir la hora.
  • Avión.
Lo de madrugar ya lo contaré otro día.

Desde los últimos viajes he ido desarrollando una pequeña fobia a volar. Siempre lo tuve respeto, normal. Pero ultimamente noto que va a más. En el último vuelo estuve a punto de llorar del nerviosismo (es que yo nunca lloro y soy muy fría). Creo que este miedo creciente tiene que ver con el accidente de autobús que tuve. Nomal también. Que no me pasó nada en el autobús, sólo salí disparada por no llevar el cinturón puesto ("ablochal cintulones") y una semana de collarín. Poca cosa. Pero lo de la fobia esta a volar sí que es una secuela. Joer, y ya me pagaron tres mil euros por lo de las cervicales. Pero ahora cómo me quito yo lo de los aviones; quién me paga el psiquiatra.

Acabo de estar hablando con mis compañeros del tema y me dicen que me tome una pastilla. Les he dicho que no me voy a tomar nada, que no estoy enferma. Al contrario, estoy demasiado cabal para subir a esas bombas volantes.

Además, me jode tener que volar por trabajo. Sevilla, Zaragoza, Barcelona...lo tengo contraladito con el AVE. Me encanta el AVE, se está mejor que en casa. Hace poco tenía que ir a Valencia. Normalmente, vamos en avión. Pues yo me fui en tren. Ahora ya estrenan el Ave, pero en el que fui yo, casi cuatro horas de ida y cuatro de vuelta. Mi jefe me preguntó extrañado, y por qué vas en tren. "Porque ese día los vuelos estaban muy caros". Vale, dijo. Pensaría, esta me ha salido austera. No le voy a decir que me da miedo volar. A ver si me va a despedir o algo. Además, queda mal en una mujer de hoy. En una ejecutiva zen-agresiva. Parece un miedo de gente palurda. Pues eso, nadie como yo habrá celebrado el AVE Madrid-Valencia.

Y este miedo me está convirtiendo en una friki. Conozco todos los modelos y las diferentes series: Airbus, Boeing... Creo que prefiero los airbus, aunque en caso de fallo de motor, son incapaces de planear. Leo las medidas de seguridad: llevar ropa amplia de algodón (menos inflamables, al parecer, que otras telas), deportivas (por si hay que correr). En caso de caída libre, flexionar las piernas, que el impacto sobre las rodillas será menor y nos permitirá caminar después para huir de las llamas. Que no suele haber la fila 13...

Y qué fue del mito Concorde.

Pues eso

I just want a lover. I don't need a friend.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Kriptonita

Sin duda,  estoy más "sensible" de lo habitual. Hoy en la peluquería casi me pongo malísima cuando la chica me ha metido la toalla entre el escote de la camisa. Y eso que era panchita. Pero es que yo eso nunca lo había vivido. Normalmente, te ponen la toalla sobre los hombros y ya está. Pero esta metió toda la mano entre mi camisa y el sujetador para ajustar la toalla. Primero de un lado y luego del otro. Incluso, creo que tardo más de lo necesario. Como colocando la toalla, arriba y abajo, y metiéndola más. Eso sí, muy suave. Pero noté su mano super-dentro, casi en mi pezón. Ya le iba a decir, sigue, no te cortes... En fin, que noté yo una sensibilidad mayor de lo habitual. Si es que, el secano... Entre la ruptura con mi ex y mis platonismos esperándola. Pues eso, que una echando a perder este cuerpazo. Pero es que luego tampoco es que me apetezca (con cualquiera). A misis platón se le juntó misis selectiva, así que a dieta de roscos. Sí, mi vida habría sido mucho más fácil y cómoda (tal vez, también feliz) si no fuera tan tiquismiquis. Ah no, se me olvidaba que ser así es lo que me hace feliz. Soñar, esperar... Y, por eso, me jodió tanto romper con mi ex. Por el buen sexo. Sexo del bueno, pero de esos con amor, alma, energía kármica y de to-o. Puede que sólo sea una evolución (en mí). Las sensaciones sensuales han ido mejorando en cada amante . Han sido muy pocas e igual lo que tengo es que practicar más. Así en la próxima será la releche. Pura lógica. O puede que no funcione así. Más bien será lo de la buda-química que todo lo rige... En la tabla periódica de las relaciones, yo debo ser un gas noble, monoatómica en estado normal. De complicada fusión.

Los gases nobles cuentan con fuerzas intermoleculares muy débiles y, por lo tanto, tienen puntos de fusión y de ebullición muy bajos. Todos ellos son gases monoatómicos bajo condiciones estándar.

Lo que yo decía.

Por lo menos, los gases nobles tienen nombres muy bonitos y poéticos: Helio, Neón, Argón, Kriptón... Ay, Helio, dios del sol y qué rica mermelada.

Soy una kriptonita.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Gusanos, no

Suelo llevar escotes generosos. Me quedan muy bien. Tengo una preciosa zona pectoral. Las clavículas más brillantes nunca vistas. Esto es por mis años de yoga. Mis posturas favoritas eran las que potencian los músculos pectorales. Y mis pechos son preciosos.

En alguna ocasión, en verano, he llevado vestidos que practicamente dejaban mis pechos al aire. Casi se me salían. Pero no quedaba mal o de mal gusto, ni siquiera provocativo. Mis pechos son muy elegantes. No son grandes, ni tampoco pequeños. No están caídos. Son redonditos, tersos, pezones pequeños y puntiagudos. Se sujetan muy bien a sí mismos. Esto es porque no me gusta llevar sujetador. Lo llevo las mínimas horas posibles. Solamente cuando estoy en la calle. En casa, lo primero (o segundo que hago) es quitarme el sujetador. No lo aguanto. Por eso, mis pechos han aprendido a sujetarse a sí mismos durante tantos años. Se han hecho autosificientes al no depender de apoyos y sujecciones externas. Y es verdad que lei hace poco que no es nada recomendable llevar tantas horas el sujetador, debilita los músculos e impide el fortalecimiento natural.

No llevo estos escotes por provocar. Ni por ligar (que total ligaría con tíos aunque veo a muchas mujeres que me las miran cuando voy en el metro, por ejemplo). Simplemente, me veo muy bien con esos vestidos, o camisetas escotadas. Me favorecen, eso es todo. Y una siempre debe tender a mostrar el lado más bello. Pudiendo ir bien para qué se va a ir mal. Por qué ir fea con una camiseta cerrada si puedo ir guapa por el mismo precio con una camiseta escotada.

En una boda, llevé un vestido de seda verde precioso. Tenía la espalda al aire y el pecho sólo cubierto por dos tiras que se ataban al cuello. Al ser seda, y con el viento, las dos tiras se movían bastante dejando mis pechos semidescubiertos (por decirlo de una forma fina). Me hicieron más fotos que a la novia. Una amiga mía lo definió entonces. "Haces muy bien, lo que van a comer los gusanos, que lo disfruten los cristianos".

Cristianas, budistas, ateas...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Calor II

Oigo el sonido lejano de un despertador. Mientras, el único movimiento que hago es acercarme más a su cuerpo. Ella está de espaldas y consigo acoplarme totalmente a su cuerpo. Cada una de sus esquinas...sus rincones, sus vértices son completados y llenados por mi piel. El despertador de la habitación contigua sigue sonando. No sé cuanto tiempo ha pasado. Debí de volverme a dormir en la maniobra de acople. Comienzo a mover mis dedos sobre el contorno de su cuerpo. Muy despacio. Apenas la rozan. Hombros redondos, brazos pequeños y duros, pechos ingenuos, cintura expectante y caderas soñantes. Paro las manos en sus muslos. La funda nórdica blanca cubre nuestros cuerpos desnudos. Ella aún no se ha movido. El calor que desprenden nuestros cuerpos derrite el hielo de la ventana y enturbia los cristales con minúsculas gotitas de agua. Respiro el olor a flores secas de su piel.

Se escuchan algunos ruidos que provienen de la otra habitación. Ella comienza a moverse y muy despacio se gira hacia mí. Con los ojos aún cerrados me susurra y dice "hola". "Hola", suspiro en su cuello. Ella es la que comienza esta vez el acople corporal. Ahora nuestros pechos se rozan y buscan el hueco que les pertenece. Nos rodeamos con los brazos y las piernas. Emitimos placenteros ronroneos cada vez que realizamos un movimiento de ajuste más perfecto. Existe, lo sabemos, el ajuste perfecto. Y lo buscamos sin prisa. Disfrutando cada prueba. Así mejor. Si mi mano roza su cabello. Si sube su pierna hasta mi rodilla. Si mi cabeza reposa más sobre su pecho. O si un poquito más de lado. Besos sobre su cara. Mi espalda en caricias.  

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Duracell

Últimamente me da por pensar si voy bien en mi vida. Si he elegido un camino correcto. Si voy por mi camino o me he equivocado. Mi camino es el de la vida fácil. Y eso me inquieta. Creo que la vida no debe ser muy fácil. Para eso, vegetar, sería la mejor opción. Y ya sabemos que no lo es.

A veces veo a las madres de familia con hijos, marido, trabajo y guapísimas de la muerte, y pienso, cómo lo harán. De dónde sacarán el tiempo? Serán unas super-mujeres? Dormirán 3 horas? Tendrán servicio doméstico? A ver, porque yo trabajo y estoy guapísima de la muerte. Pero para lavar y planchar mi propia ropa ya me cuesta encontrar tiempo. Muchas veces, no comería, por no cocinar. Cómo iba yo a dar sustento a unas criaturitas, si apenas me lo puedo dar a mí misma.

Pues eso, a veces me entra algo como…un complejo de inferioridad. No, inferioridad, no. Inutilidad. O escasa adaptación al medio, bajos niveles de supervicencia. Porque yo no podría hacerme cargo de nadie.

A ver, bueno, es que soy una persona cómoda, moderna. Me gusta llevar una vida tranquila, intelectual, zen. Es decir, no me haría cargo de nadie porque no quiero. ¿O es que no quiero porque no podría? ¿El zen es sinónimo de inutilidad?

Mi maestra de yoga decía que nacemos con una cantidad de energía determinada y que está depositada en los riñones. Es la energía para toda nuestra vida. Y cuando se gasta, adiós. Podría parecer una teoría, al menos, lógica y coherente. Como el conejito de duracell con sus pilitas puestas en los riñones. A lo mejor, algunos nacemos con alkalinas, otros con pilas de chinos, incluso habrá con pilas usadas. Pues no sé si por esta teoría o por mi propia vagueza, mi vida sigue el principio más riguroso de la conservación de la energía. Ahorrar, que ya me hará falta.

Ya sé que hay señoras que han tenido 8 hijos y que se han muerto requeteviejas. Y yo que sé, estas serán las que nacieron con alkalinas.

El caso es que creo que la vida no debe ser demasiado cómoda, demasiado fácil. Hay que introducir algún elemento de actividad extra, de complicación, de inquietud. Hay que superarse e inducir la búsqueda de nuevas experiencias.

Si tuviera tiempo...


martes, 16 de noviembre de 2010

Mi novio

Supongo que ha llegado el momento del análisis del momento-blog. De mi experiencia a través del blog. De qué aporta. Cuál es el objetivo que cumple en mi vida. Por qué lo escribo?? Por qué empecé? Y por qué he de continuar??

Comencé el 5 de septiembre, es decir, llevo más de dos meses. Inicialmente, quería que fuera una experiencia creativa de unos 90 días. Ya había realizado ejercicios de creatividad de este tipo. Podría marcarme una fecha-objetivo, hasta la cual seguiré escribiendo. Determinar una fecha en la que acabe el ejercicio. Puede que lo haga.

Luego está el contenido a incluir. Nunca me gustó que tuviera un formato similar a un diario: "hoy he hecho esto, mañana voy a hacer lo otro.." Quería que fueran historias que no hablaran de mi vida de un modo tan directo. Sin embargo, rapidamente ha ido adquieriendo la forma de diario. Y no es que lo que cuente sea exactamente mi YO. Es mi personaje. Pero...parece un diario puro y duro. Así que otra decisión será si acepto y continuo escribiendo un diario. Desde luego es lo más rápido. La escasez de tiempo no permite partir de una historia diferente cada día. ¿O sí? Podría intentarlo.

Pienso también en la supuesta función psicológica que parece que puede conllevar escribir en un blog. Esa función de desahogo total, de plasmar tus opiniones más sinceras. Pero ahí habría que mantener siempre el anonimato. Si las personas que conoces, leen tu blog, deja de ser un elemento de expresión tan libre. Hasta ahí yo voy bien. No se lo he dicho a nadie de mi entorno cercano. Se lo dije a una persona que no era de mi entorno, pero que ahora lo es. En fin, sólo una persona. Puedo opinar del resto.

Puede que empezara a escribir para recrear recuerdos. Sobre todo, los de mi ex. Pero no puedo escribir siempre de ella. O sí. Total, no escribo para un público. Escribo para mí.

Y, ni siquiera, sé las respuestas de todas estas cuestiones. Porque igual me queda mucho tiempo más para plantearme las "verdaderas cuestiones sobre el blog".

Incluso me da la impresión que desde que escribo el blog, estoy más dispersa, por ejemplo, en el trabajo. Puede que sea una coincidencia. Puede que ya me aburra mi trabajo. Y hasta puede que sea inevitable que el trabajo aburra siempre.

Creo que no voy a resolver estas dudas blogueras por el momento. Seguiré en el a ver qué pasa. Como con las novias, y bueno, a ver si acabamos casados o rompemos en navidades, como suele suceder con las parejas. Yo y mi novio el blog.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Happy

Me puse a pensar hoy en los momentos más felices de mi vida. Quería que me vinieran a la cabeza varios y recordarlos todos como metiditos en una lista en mi cabeza. Recordar de forma líneal. No es fácil este ejercicio. Se me venían, al contrario, los momentos malos. Y no es que haya tenido tantos. Puede que mi memoria selectiva sea más generosa con los momentos dolorosos y no los reprima, como se supone que tendría que hacer.

Creo que lo que pasaba es que dudaba. Porque el término "feliz" no se adapta a los acontecimientos que vivimos. Pensaba en:
  • momentos divertidos (juergas con los amigos)
  • intensos (espectáculos de teatro y películas que me habían hecho sentir la intensidad)
  • momentos de logros (sacar matrículas de honor, retos profesionales)
  • procesos de aprendizaje, desarrollo, evolución (yoga y teatro)
  • la tranquiliad, el equilibrio en esas épocas en que todo va bien o que nada va mal
  • momentos familiares (oir la voz joven y risueña de mi madre, y la de niña cursi de mi sobrina pidiendo otra Barbie)
  • momentos del ego (qué guapa soy y qué tipo tengo)
  • liberación de endorfinas (después de nadar o dar largos paseos por el campo)
  • satisfacciones culinarias varias (comer y beber, qué gozada)
  • momentos amorosos (los más buenos)
No sé si será una cuestión de conceptos, pero incluso esos momentos no podría considerarlos "felices". Pero, claro, se trata de saber qué es (para mí) un momento feliz. Y, no sé, parece que ese término no cuadra con los "buenos momentos" que he vivido. Son buenos y muy buenos, pero no sé si podría llamarlos felices. Pensándolo bien, me parece una palabra un poco pedante. Decir, "qué felicidad" o cosas así, es insoporteibol. Mira, me gusta más happy. Suena más liviano, como tiene que ser. No esto de la "felicidad", como una losa, que nuestra cultura considera una utopía y que luego se inventaron eso de que la felicidad no existe, sino que tenemos "momentos de felicidad". Nos ha jodido, se quedaron calvos de pensar.

Así que, bueno, espero, que sea sólo una cuestión de conceptos y que mis "buenos momentos" sean también "momentos felices". Esto del pensamiento y el lenguaje... El relativismo lingüístico (una chica se enamoró de mí sólo por pronunciar este palabro). También me pusieron una matrícula de honor en psicología social por mencionar que los esquimales tienen 5 términos para designar diferentes tonalidades del color blanco. Y que, en no recuerdo cuál de los libros de Kundera, comentaba que en la Checoslovaquia de toda la vida tenían (o no tenían, es que no me acuerdo ahora) un término para designar un tipo de nostalgia que en otros países no tienen y, por eso, ellos tenían esa cara de tristeza de nacimiento..

Y ahora que los de la Real Academia están cambiando palabras y no sé si podré escribir sólo, o por no saberlo, pondré siempre solamente...pues a ver si cambian la de "felicidad" por otra que nos sea mentalmente más conseguible.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Calor

Se acercan los días en que mi cara volverá a estar cubierta de besos. Lo (pre)siento.

Vamos paseando por un camino en medio de un campo. Llevamos puestas nuestras botas de senderismo y ropa de abrigo. La temperatura es muy baja. Caminamos
deprisa para no sentir el frío y porque está anocheciendo. Deberíamos llegar al coche en menos de una hora. No hablamos. No tenemos miedo al silencio. Sólo escuchamos nuestras respiraciones, ahora fuertes y rápidas, por el empinado recorrido. También se oyen las ramas azotadas por el viento y los susurros de las hojas secas bajo los pies. Nos miramos de reojo. Esperando encontrar algún gesto de complicidad, alguna sonrisa... Huele a sándalo, a lluvia lejana, a madera quemada. El tiempo pasa deprisa. No querríamos llegar nunca. Queremos parar el tiempo. Seguir caminando juntas en silencio para siempre. Sabemos que al final del camino, nuestro silencio se volverá jadeos y olor a velas. Mientras andamos, recreamos ese momento de ensueño, de deseo callado.

Llegamos al coche congeladas. Al entrar, no nos besamos. No nos cogemos las manos. No podremos ni rozarnos. Tenemos que mantener la pureza hasta llegar al
hotel. Vemos colores naranjas y violetas en el cielo.

La habitación está en la primera planta. Nos quitamos la ropa despacio. Cazadora, polar, camiseta, botas, pantalón... Temblamos. Escalofríos. Aún no logramos entrar
en calor. La bañera se está llenado con agua ardiendo. Los espejos ya se han cubierto de vaho. Ella es quien va repartiendo velas por toda la habitación. Una a
una. Piensa delicadamente los lugares perfectos para ubicarlas. Y las enciende. Yo abro la botella de vino blanco y lo sirvo en las copas. Apagamos todas las luces. Toda la habitación y el baño están vestidos de pequeñas velas. Vemos diminutas sombras que se mueven y se proyectan sobre nuestros cuerpos desnudos. Nos dirigimos a la bañera. Brindamos aún fuera del agua. Bebemos. Nos besamos y nos abrazamos de pie. Durante mucho tiempo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Mi violín

Es verdad, me estoy dando cuenta de ello, como otras veces... Llevo unos días que estoy desacompasada con el mundo... Vibro en difernte sintonía, voy a otro ritmo que no se acopla a la sintonía de la orquesta universal. No logro afinar mi violín para que no desentone.

Es una sensación conocida ya por mí. Un viejo amigo. O enemigo.

En varios días he roto vasos, se me caen las cosas, se me rompen, hasta electrocuto... Estas cosas no tienen importancia. No me importan lo más mínimo. Pero sé que son la señal de que voy con el pie cambiado.. Yin y yang. A veces, se fluye con todo lo que sucede en el día. Todo sale según lo deseado; o, si no deseado, en el ritmo, en la coherencia, en el plan universal. Y otras veces está la sensación de que eres una gota de agua que no logra meterse en la corriente del río. Que intenta entrar y que una y otra vez es expulsada del río de la vida. En las cosas más pequeñas se observa que las piezas no están encajando...desde hace un tiempo... Tal vez, sólo sea cuestión de analizar cuál fue la primera que se puso mal; y a partir de la cual todo ha ido al caos. Es lo que intenté en mi post de hace unos días. Pero lo hice mal. Analicé las consecuencias de ese estado de no-fluir. Repasé los actos fallidos de los últimos días pero estos ya sólo eran los inevitables efectos a una o varias causas. No me fui al origen. Pasé por alto estas causas.

Ahora sí que estoy entre la espada y la pared. Me estoy haciendo la pregunta del millón. Por qué estoy estos días desacompasada. Sé la respuesta. La he sabido desde el principio. No soporto hacer cosas que no me apetecen, que no me salen de dentro. No tengo ningún grado de hipocresía ni de falsedad. Soy demasiado auténtica. Para bien y para mal. Porque, a veces cuesta mucho adaptarse a ecosistemas adversos y poner buena cara. Pero para eso ya están los falsos. No soporto a mis amigas de toda la vida que vinieron de mi ciudad. Ya me cuesta pasar una hora con ellas porque tienen un grado bastante elevado de maldad, según mi escala. Es esa maldad, provocada por la ignorancia y la pobreza de sus vidas. Sus conversaciones no tienen otro motivo que criticar a otras amigas, a famosos, etc. Siempre la crítica. Siempre estar más pendientes de las vidas ajenas que de las suyas. Porque sus pobrecitas vidas son algo más que la vida del cerdo. Habían venido a Madrid en otras dos ocasiones. No soporto pasar dos días con ellas. Desde septiembre me estaban diciendo que querían venir y yo iba dando largas. No quería que vinieran. No quiero pasar mi tiempo con alguien que no quiero ver. Finalmente, ya no tenía más excusas y vinieron este fin de semana. En fin, creo que cuando haces una cosa que no quieres hacer, cuando te sientes obligada a hacer algo, estás rompiendo el plan universal, estás colocando mal una pieza. Así que, a ver qué excusas me busco para cuando quieran volver. Me niego a volver a poner una pieza mal en el puzzle mi vida.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Libros...

Esta tarde, aprovechando que había recobrado mi existencia habitual, fui a la biblioteca. Siempre me gusta coger una novela y otro de otras materias: teatro, psicología o poesía. Hoy toca Murakami (hace poco me lo recomendaron... y tenía ganas ya de leer algo de él). El otro estaba en la sección que yo llamaría psicología barata: autoayuda. Nunca he cogido ninguno de esos libros, me parecen libros para gente necia que con dos frases con lógica piensan que ya han encontrado el sentido de su vida. Pero bueno, hoy cojo éste, no por el contenido de autoayuda en sí. Sino por la estructura: en cada página hay un título y la enseñanza en un párrafo.. Permite pensar en cosas muy concretas de forma muy rápida. "Es fácil dejar de preocuparse", es el título. Lo elegí por lo que dicen del autor que, cito textualmente, trabajaba como asesor financiero hasta que en 1983 consiguió dejar de fumar sin ningún esfuerzo. Cualquiera puede escribir un libro y creerse proclamador de la verdad. Yo también dejé de fumar sin esfuerzo, pero mira, seré más tonta porque no  me he forrado con ello. Con lo que yo sé y qué poco me luzco...

Uno de los párrafos dice lo siguiente:

Supongamos que naciste con una minusvalía mental. Algunas personas nacen así y una de las Maravillas de la Madre Naturaleza es que esas personas no tienen inteligencia para preocuparse por ello o por las otras muchas cosas que resultan tan preocupantes a la gente más inteligente. Sin embargo, si tienes inteligencia para leer este libro, tienes capacidad suficiente para convertirte en un gigante intelectual.

??

domingo, 7 de noviembre de 2010

Ratpeca

Después de mi ataque de no querer existir durante unas horas, repaso mis últimos días para ver qué es lo que lo ha causado.
  • Jueves por la mañana. Mi ex me escribe un mail, me llama cariño y me dice que tiene muchas ganas de verme. Pero que no podrá hasta diciembre. ((Sus oraciones budistas le roban todo el tiempo)). ((Eso no lo dice ella, lo digo yo)).
  • Viernes por la mañana. 6:15. Voy a recoger mi croissant de la tostadora y sufro un calambrazo de 50000000 voltios o watios, o como se diga. Saltan los plomos y del aparato salen un fuegos artificiales naranjas, hasta con traca. (El chillido que di están pensando en ponerlo en el próximo doblaje de Psicosis). Espero que mis compañeros se levanten a axiliarme en cualquier momento. Pero nada. Y como puedo, con mis manos templando por el calambrazo y el susto, tomo una linterna y voy a encender los pilotos de la luz. Cuando volví a casa por la tarde, mis compañeros me dijeron, qué grito esta mañana, nos despertaste. Y mi compi-amigo-hermano (hasta ese día) me dijo que tenía una energía muy destructiva con los objetos. Perdón, perdón por existir.
  • Viernes por la mañana. 11:00. Demo. Mi compañero y yo nos dirgimos a la calle San Roberto. Cuando salimos del metro y nos plantamos en esa calle, sólo nos falta que nos ofrezcan coca. Niñatos varios se dirigen a un instituto, señoras con las bolsas de la compra... Las calles de barrio marginal nos hacen intuir que ahí no estará el mega-grupo al que nos dirigimos. Mi compañero revisa la dirección en su blackberry. La calle es San Norberto. No es San Roberto. Me siento estúpida porque fui yo quien sacó el plano. Y no sé si confundir la calle se debe a un despiste o a que no veo tres en un burro. O a que la forma global de la palabra sustituyó al contenido exacto. Así que, cogemos un taxi y le decimos la dirección al taxista. Nos volvemos a encontrar en unas calles de barrio-barrio. Estoy teniendo un deja vu. El taxista nos mete por unas calles de vallecas similares a las otras y dice que está a 500 metros. AQUÍ NO PUEDE SER.. El taxista había metido en el tomtom, la calle San Alberto. Nos pide perdón cien veces y a toda leche se dirige a la calle San Norberto. Y, cuando por fin llegamos a la calle San Norberto, vemos a una prostituta en las esquina. Vamos, que los tres santos tenían unas calles que pa qué. Y encima,  a San Norberto lo ignora todo el mundo, subyugado por sus hermanos famosos Alberto y Roberto.
  • Sábado por la mañana vienen mis amigas de mi ciudad. No tengo nada en común con ellas pero como son de toda la vida...pues nobleza, obliga. Tengo que estar con ellas todo el fin de semana, HM, VIPS, rastro....Por la noche vamos a Chueca y entramos en la bodega. Me encuentro a dos amigas (que entienden). Casi me da un ataque porque mis amigas de toda la vida no saben que me vuelven loca las mujeres. Y en décimas de segundo veo mil escenas en que mis AMIGAS LESBIANAS me dicen algo de contenido bollo delante de mis AMIGAS DE TODA LA VIDA. Pienso, las saludo y me voy pitando, no las puedo dejar hablar (A LAS LESBIANAS). Una de las LESBIANAS se me pone a hablar de que han ido a ver una peli del festival y la corto en seco. "Me tengo que ir que están mis amigas ahí y no hay sitio"... Nunca he dejado a nadie con la palabra tan en la boca. Más que en la boca todavía la tenía en el hipotálamo. Me puse nerviosísima. Me volví a mis amigas y dije, vámonos que no hay sitio. Una de mis AMIGAS DE TODA LA VIDA, dijo, pues nos quedamos en la barra. También la dejé con la palabra en la boca, me dirigí a la puerta y dije vámonos de aquí. Entramos en otro bar que estaba al lado. Voy al baño y llamo a mi amiga LESBIANA para pedir dsiculpas por haberle dejado con la palabra en el cerebelo. No me lo coge. Salgo del baño y voy a la mesa. Me llama mi amiga lesbiana y digo a mis amigas de toda la vida, uy qué querrá mi cuñada..y salgo a la calle a hablar para contar a mi amiga lesbiana la historia... Puto armario. Re-puto armario.
  • Ayer llevo una chaqueta negra. Una vez la dejé en una silla en una tienda. Cuando volvimos aún estaba. Otra vez, me llama un chico y me dice que se me ha caido. Y la tercera vez, es una señora mayor la que va detrás de mí para darme el cinturón.
  • Esta tarde, tras dejar a mis amigas en el tren, fui a BIOCULTURA. Mi ex había ido ayer, según me dijo en su correo. Entro muy contenta. Me apetece coger mucha información sobre escuelas de yoga, chi kung, etc. Pero a medida que voy caminando por los diferentes pasillos me empieza a entrar una tristeza incontrolable. Todo me recordaba a ELLA. Imagino que ella estuvo ayer ahí. Me la imagino en todos los puestos con su eterna risa. Sus cuencos... No aguanto más. Me voy. Por primera vez, no acepto lo que pasó. 
No acepto que el budismo nos separara. No acepto que tenga ganas de verme y tenga que ser en un mes. Eso no son muchas ganas.
No acepto la doble vida lesbiana/no-lesbiana.
No acepto las descargas eléctricas.
No acepto los deja vu. Hoy no.
No acepto las coincidencias y las casualidades que no llevan a nada. Hoy no.
Si tengo que perder algo, quiero perderlo. No acepto segundas ni terceras oporunidades.
Incluso, no acepto a San Alberto ni a San Roberto. Acepto a San Norberto.
Y porque no aceptaba, me moría de tristeza mientras volvía a casa.No aceptaba la existencia, tampoco. Mi existencia. Pensé que estaría bien dejar de existir durante unos instantes. ¿Será lo que les pasa a los suicidas? Igual no quieren dejar de vivir. Igual solo quieren dejar de existir unos instantes.

También pensé que en esos momentos sólo se pueden hacer unas pocas cosas: comer a lo bestia, beber. O las otras salidas más espirituales: meditación... No me daba la gana ni comer ni beber. Ni meditar. Hoy no acepto la meditación tampoco. Así que, puede que esto del blog, sea mi modo de hoy de salir de la existencia unos minutos.

Y no acepto al Papa,que se vaya ya a Roma.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Preciosa??

En las últimas dos-tres semanas, mi ex y yo nos estamos intercambiando correos. Empecé yo, qué menos, es la mujer de mi vida. Le reenvié un correo de un tema de yoga que me habían enviado. Sin texto, ni nada. Algo aséptico. A ver qué pasaba.. Si no había respuesta, pues nada, sin ninguna implicación emocional. Y si la había, pues a descifrar el contenido. Yo le envié el email a las 23:30 de la noche. Y a las 8:30 de la mañana tenía la respuesta.

Me preguntaba qué tal me iba. Y me contaba un poquito cómo le iba a ella; cambios en el trabajo, se había roto un brazo, etc. A los dos días, sin demasiada prisa, le contesté a ese email. Podría considerarse dentro de la cortesía. Ella me cuenta sus cambios sin que yo le pregunte. Pues yo le cuento los míos, ya que me lo pregunta. Le formulo, a su vez, otra pregunta muy sutil en ese correo. Una de esas cosas que no se tienen por qué responder. Pero que si te interesa seguir en el hilo de la comunicación, respondes.

Me respondió a los tres días con el siguiente encabezado. "Hola preciosa"..blablabla..

La verdad, no tengo intención de volver con ella. O por qué me engaño. No lo sé. No lo sé, de verdad. A ver, me encantaría volver con ella. Pero por otro lado siento que no va a suceder.. Lo de "hola preciosa", se lo dije a mi compi-amigo-hermano Fer. Y me dijo "esa quiere guerra". Eso, que me dé encima ilusiones.

Pero, para ser estrictos, yo, lo de preciosa sólo lo digo a una a quien quiera besar, como mínimo. Lo de "hola guapa" es otro matiz muy diferente. Eso se dice a casi todo el mundo en plan agrado. Reviso, y veo que sólo he llamado preciosas a las chicas con las que me he enrollado o lo he intentado. Y a las que he amado.

Entonces, el utilizar esa palabra por su parte..me dio que pensar... Directamente, si quieres un trato normal, distante, etc. no utilizas esa palabra. Aunque, como ella es italo-alemana, puede que tenga otras connotaciones; que sólo sea una palabra agradable.

En fin, no quiero pensarlo más. Después de publicar el post, lo olvidaré. Porque, conociéndome, platónica pura al cubo más mi derivada y multiplicada por mi integral de platonismo puro, me veo pasándome tres años flotando en mi nube de estado ideal de historia de amor platónica y etérea...y falsa. Lo de que esas historias perfectas, ideales y platónicas son falsas es algo que he descubierto hace poco. Aún a veces, no quiero creerlo, como platónica que conserva su esencia. Pero sí. Ahora ya lo estoy dejando. Estoy muy centrada yo en esto de la realidad. Más o menos.

Botones II

La Ley de Mr. Buda-Murphy se cumplió una vez más. Es la única Ley que se cumple. La Ley Divina. La Ley:

Hace unos días hice una reflexión sobre los pocos botones que se me habían descosido en los años que llevo en Madrid. Y que nunca había cosido ninguno.

Pues 9:30 de la mañana. Metro de Madrid. Me dirijo a Atocha para coger el AVE Madrid-Sevilla que sale a las 11:00 horas. Tengo demo y llevo modelito: medias, zapatitos y maletín con ruedas para el portátil. Soy bastante precavida (o previsora). Siempre llevo otros pantys de repuesto en el bolso. Lentillas y gafas. Colonia Tous, desodorante Sanex (po zi la caló de Zevilla...). Mis cositas de suave maquillaje. Incluso pinzas.. El bolso de la Señorita Pepis. Pero hoy en el metro me sucede algo para lo que no había tomado ninguna precaución. Un botón sale disparado de mi americana. No uno de abrochar la americana, que total la dejas suelta y ya está. Es un botón que sujeta unas tiras a modo de cinturón, que se juntan en la espalda y hacen que la americana sea entalladita. Vamos es el detallazo de la americana. Y sin ese botón, las dos tiras de tela caen a los lados. Un horror.

Pienso que voy con muchísimo tiempo y seguro que en Atocha hay un cose-todo. O, a las malas, venderán en algún lugar aguja e hilo y me tocará coser un botón por primera vez (o segunda; creo que una vez cosí uno). Pues ni a las malas ni a las malísimas. Lo del cose-todo parecía ciencia ficción. Incluso, no conocían la palabra. Pero cuando pedía aguja e hilo, se me quedaban mirando con unas caras en las tiendas..  A VEEERR.  Cómo se me ocurre pedir esa extrañeza. En  un lugar donde cada día viajan miles de personas. Que, muchas de ellas van a reuniones de trabajo. Y que un dobladillo suelto, un botón que se cae…. o cosas peores pasarán… a cada segundo. Eso sí, tiendas de bolsos de 200 euros, que no falten. Son tan necesarias… Y hasta me regalaban un viaje en AVE ida y vuelta a no sé donde, por hacerme no sé qué tarjeta. No quiero un viaje, no necesito un viaje. Cuando quiero viajar, viajo. No necesito regalos. Tengo necesidades de supervivencia que no puedo satisfacer en esta sociedad tan complicada y capitalista. Desistí después de un rato de peregrinación por tiendas y puestos. Pero seguí pensando. En el tren seguro que tienen para esos imprevistos. También veo a un grupo de un viaje del IMSERSO; seguro que las señoras de esa edad, todas llevan su kit de cose-cose. Estoy salvada. Y, encima, una de ellas se prestará a cosérmelo.

Después de largo rato estudiando todas las posibilidades, me cansé. Las abuelas estaban en otro coche y me negaba a estar con la americana de la mano por todo el tren, suplicando limosna. Y la azafata del AVE, me dijo no tienen esas cosas. A estas alturas ya me había quedado claro que pido unas cosas muy raras.

Pues mira así no tendré que coser nada. Voy como vaya. Total, en Sevilla hará calor y llevo la americana quitada y ya está. Que yo hasta puedo vender un software de 100.000 euros sin americana ni ná. Pedazo de falda y piernacas que llevo. Hombre ya!!!

Finalmente, nadie reparó en mi no-botón. Hice un nudo con los dos trozos de tela y genial. Y, la verdad, hacía bastante calor en Sevilla y casi todo el tiempo estuve con la americana quitada.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El lado oscuro del corazón

“Me importa un pito que las mujeres tengan los pechos como magnolias, o como pasas de higo, un cutis de durazno o de papel de lija.Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezca se levanten con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida.Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias. Pero eso si, y en esto soy irreductible; no soy capaz de perdonar, bajo ningún concepto, que no sepan volar. Si no saben volar pierden el tiempo conmigo”