martes, 2 de diciembre de 2014

Papá, en el colegio me dicen que parezco un señor mayor


Tomás entró después de su padre. 


Difícil no ver sus gafas aunque estuvieras en la otra punta del vagón, o en otro vagón o en tu casa desayunando. 


Las gafas verde fosforito, de pasta o plástico, no sé bien. Más que grandes, monstruosas, ocupaban gran parte de su cara, sus cejas, su pelo y practicamente invadían el aura de todos los que estábamos allí. Los cristales, dos ventanas al desconocido mundo de las matemáticas, el inglés y las broncas de sus padres. 
 Su padre viste mono azul de fábrica de toda la vida con chaleco de plumas gris oscuro. Mira a Tomás en silencio y es imposible averiguar si esta viendo realmente a su hijo o al artefacto que luce (o más bien, desluce) en su cara. Piensa, "igual me he pasado al comprarle esas". 


Tomás antes llevaba unas gafas de pasta negra al estilo Ray Ban. Él es muy tímido y se pone muy serio, y siempre viste de colores oscuros como su padre. Todas las tardes, cuando volvía del colegio repetía en casa, que en el colegio le decían que parecía un señor mayor. Y su padre tenía que escucharlo mientras calculaba si llegarían a final de mes y encima el coche se ha estropeado y su mujer piensa que puede estar embarzada. 


Una tarde fue a buscar a Tomás al colegio y el niño se lo volvió a repetir, "papá, me han dicho....". No le dejó terminar la frase, le cogió fuertemente de la mano y dijo ahora mismo vamos a la óptica. 
  - Así que no quieren unas gafas serias.  Estas son muy alegres y con ese tono verde tan divertido, no lo va a llevar un señor mayor. Es un modelo precioso para un niño...  


 Ahora a Tomás lo llaman semáforo 


Aunque él ya no dice nada