martes, 18 de octubre de 2011

perro luna cicatriz piedra maraca

Esta es la historia de un perro que quería ir a la luna. Desde que vio en la televisión a Laika no soñaba con otra cosa.

Una tarde salio de la casa de sus amos, no dejó ninguna nota. Ni se llevó nada. Dejó hasta su hueso gastado y su mantita de astronautas. Su vida estaba vacía, ya ni sabía qué hacer para sobrellevar esa rutina doméstica. No es que tuviera crisis de identidad. Es que su identidad era una crisis. Un círculo sobre el que giraba y giraba con las orejas caidas y el rabo entre las piernas. Se sentía como una hiena que vio en un documental de la 2; estaba en el zoo y daba vueltas sobre el mismo punto.

Su sueño era elevarse, volar, llegar a la luna. Pero no podía ni correr. Un coche le atropelló cuando era cachorro y una profunda cicatriz atravesaba su blando y peludo cuerpecito hasta llegar a su patita trasera izquierda.  

Ese día salio arrastrando sus diminutas pezuñas. Iba a ser difícil pero había tomado una decisión y llegaría hasta el final con las consecuencias. Había oido que un día al año salía una nave espacial desde el acantilado del pueblo. Tardaría dos días en llegar a ese lugar. No sabía cómo encontraría agua y por eso había bebido mucho antes de salir.

La primera noche la pasó caminando entre las callejuelas oscuras y cuando vio amanecer se tumbó a la sombra de un árbol a descansar un poco. Una de sus pezuñas sangraba un poquito porque se le había clavado una piedra puntiaguda. Aún le quedaba otro día de camino y esa piedra le iba a ocasionar mucho dolor. "Solo queda un día", se daba ánimos.  

Emprendio la marcha como perro-maraca. A un lado y a otro, un saquito de huesos. Esquivando apoyar la pezuña ensangrentada y movimento a un lado. Con su pierna cojita, y movimiento al otro.. Un vaivén de perro.

Se acercaba al acantilado y empezó a recordar imágenes que había visto en la tele sobre el cañón del colorado y de Thelma y Louise..

La nave espacial era lanzada desde el acantilado porque antes de elevarse bajaba un poco para coger mayor impulso hasta la luna. Pero nunca llegaba a tocar el mar.

Cuando divisó la nave eran las 6 de la madrugada de la segunda noche. Estaba amaneciendo. Miró hacia atrás y vio las luces de la ciudad y el rastro de sangre que había dejado su pata. Pero ya estaba cerca, llegaría a tiempo.

Final abierto...

Algo nuevo

Hace unos años, tras hacer un curso de creatividad, realizaba un ejercicio que consistía en narrar algo nuevo que hacía cada día. Aunque pueda parecer que no hacemos nada nuevo cada día, es muy sencillo encotrar algo que se pueda considerar "nuevo".. También valían las nuevas cosas aprendidas o cosas que te pasaban sin hacerlas tú directamente. En mi día

  • Nada más abrir mi correo, había recibido unas fotos del amanecer.
  • Me he anticipado al decir la frase más importante que jamás se haya dicho o escrito.
  • He dejado la maleta a medias de hacer antes del viaje de mañana a Barcelona. "Ya la termino de hacer por la mañana".
  • Tengo fecha cerrada para ir a una Spa y a un concierto de Mozart..
No está mal..bastantes cosas nuevas para un día sin importancia. Pero, ya se sabe, en el fondo todos los días son importantes. Muy importantes. Y cuando no hay nada externo que nos haga que nuestro día tenga algo diferente, solamente tenemos que hacerlo nosotros. Ojalá tuviéramos algo nuevo y diferente cada día. Ojalá pudiéramos verlo tras la niebla de la rutina.

viernes, 14 de octubre de 2011

Primer día

Cómo me gusta ir a una reunión de trabajo habiendo dormido nueve horas. Radiante y esponjosa.

Dormir... Con lo poco que necesito para estar guapa, inteligente y feliz, qué difícil me lo ponen.

Como tengo que ir cogiendo ritmo y mis músculos (los de las manos y el cerebral) se deben ir despertando, haré una enumeración de mi vida de los próximos meses en puntos:

  • Yoga. Mañana comienzo otro curso. Otro de los cien mil cursos que he hecho desde hace 15 años. Ommm. Sí, donde siempre puedo volver, pase lo que pase.. Algo así se decía en "La piel que habito".. (yo soy de las defensoras de la peli y qué guapa Elena).
  • Dieta. Ahora me toca la del grupo sanguíeno. Soy A+, y se traduce en que no puedo comer casi nada de las cosas con las que te corres viva. Estoy limitada a placeres salivares pequeños y comedidos. Pero me he puesto en mi peso en un mes: 57 kgs... Y ahora? Sigo? No sigo? Pues claro que seguiré. No es por anorexia, me veo estupenda.. Es que, no sé..parece que me atraen estas cosas de la disciplina corporal.. Desde hace años.. Me da la sensación que de ese modo la mente está más dirigida a otras ideas más elevadas. O, como me decía una amiga el otro día, que voy de moderna: cuerpo sano, mente sana.
  • Amor. Canta en mis oidos... El amor está ahí fuera, agente Scully. Sí, Mulder, lo tengo enfrente.
  • Cambios. Digamos que los cambios me dan...no miedo..más bien pereza. Soy perezosa, a lo mejor, hasta vaga. Por eso me tengo que obligar un poco a esto de los cambios. Hasta mi primera pareja fue un experimento al que me obligué porque de la pereza que me daba, se me pasaba el arroz.
Leo los puntos de mi vida a corto plazo y me parecen pocos. ¿Eso es una vida? ¿Cuatro puntos?

Ah..miro el título y me he tranquilizado.. es mi primer día de vida. No está nada mal. Y siempre he preferido la calidad a la cantidad.

jueves, 13 de octubre de 2011

Día 0

Aún me duele todo el cuerpo.

Muevo los dedos de los pies.

De las manos.

Consigo empujar mis párpados contra la luz.

¿Por qué cuesta tanto mirar?

Siento los labios apretados.

Trago saliva y se aflojan.

Voy a tener que levantarme aunque aún no me he despertado.

La bella durmiente nunca miente.

Qué fácil es hacer una estúpida rima.

Busco palabras entre las telarañas de mi cerebro.

¿Habré perdido alguna en estos meses?

¿La vida sustituye a las palabras?

¿Las pasiones y des-pasiones nos dejan sin palabras?

Palabras por orden aparición:

amor

desamor

mar

luna

limón

canción

botella

embotellamiento

vino

se fue (ya, son dos palabras)

semáforo

rojo

verde

naranja

ejercicio

somalia

maricón

colonia

agua

fuego

monedas

tesoro

bella juventud

No.

No tengo todas las palabras.

En estos meses se me ha escapado alguna.

Muchas se fueron pero corrí tras ellas y las recuperé. 

Es hora de levantarse y estirar los músculos.

Comienzo a caminar.

El aire frío roza mis tobillos.

Oigo una voz lejana en la calle.

No sé si cerrar la ventana para no oirla.

O dejarla abierta para que se quede.

Lo pensaré mañana. Hoy tengo que escribir.