Para mí, la entrada
en el otoño siempre tiene algo inquietante, algo oscuro y hasta tenebroso.
Abandonar las
eternas horas de luz y calor por un gris y negro que van dominando los tonos y
los instantes.
El suave pero
continuo mordisco de un perro en tu pecho que va tirando cada día un poquito,
el tiempo que, también cada día, va comiendo la noche al día.
Se va nuestro
estado natural, que no es otro que el lucimiento de nuestra piel y su disfrute
del aire, los rayos solares y los ojos ajenos en nuestros hombros. Pies
descalzos y manos calientes deseando tocar, tal vez, arena, o hierba o el sexo
de nuestro amor.
En estos meses nos
encerramos en abrigos, fulares, chaquetas gordas, y más gruesas barreras del
alma. Personajes con vestuario obligado en un escenario de luz artificial y decorados
con artefactos que intentar imitar el calor. Creo que es la falta de luz
natural y la invasión de bombillas, farolas, tubos, leds, etc lo que me da la
sensación de decorado, de irrealidad, del mundo en penumbra y sombras de la
caverna de Platón y que solo se muestra tal cual es en los meses de luz
natural.
Sin olvidar las
festividades que acompañan a estos meses y que partiendo de esa aceptación de
la oscuridad se acaba buscando la luz de lo que sea (Halloween, Navidad…),
hasta de un Mesías que nace.
Tengamos
Busquemos
Arranquemos
Abracemos
Robemos
Añoremos
Deseemos
Besemos
Corramos
Creemos
Creamos
Follemos
Todo para huir de la oscuridad y buscar la luz, como Caroline.
Pd. No se ha notado nada que soy super solar y que me paso el verano en playas, piscinas, terrazas, Retiros y demás...
Pd. No se ha notado nada que soy super solar y que me paso el verano en playas, piscinas, terrazas, Retiros y demás...