miércoles, 30 de noviembre de 2011

Miraos

Subo al metro en mi parada. Me siento en uno de los asientos donde vienen cuatro, dos enfrente de dos. Hay una mujer de treinta y tantos. Atractiva con una cara bastante risueña, casi sonriente. Dos paradas después se sube un chico y se pone a su lado y frente a mí. Lleva un plumas azul muy gordo y apenas puede sentarse, haciendo que la chica, se desplace un poco hacia la ventanilla. Nos miramos fijamente en varias ocasiones. Los veo a los dos y pienso que se parecen. Que deben tener los mismos años. Tienen el mismo gesto en el rostro, la suavidad de la ilusión. Están ilusionados. Y pienso que harían una pareja perfecta. Que en el momento que se miren se van a enamorar locamente y van a estar juntos siempre. Casi me dan ganas de decírselo. 


Llegué a mi destino y me bajé. Ellos continuaron. Quien sabe... 

Pina

Sentir directamente en el pecho. 
Sin pasar por la cabeza. 
Línea directa con el corazón. 
Eso es la danza.
Y Pina es más que danza. 
Es lo humano sacado de manera visceral.
O sales levitando o pensarás que es una tomadura de pelo. 
Algo bueno teníamos que tener los que tenemos el pecho abierto. 
Los que sentimos el amor y la vida hasta en las yemas de los dedos. 

lunes, 28 de noviembre de 2011

La Coruña again

Mañana vuelvo a La Coruña. Acabo de darme cuenta que el año pasado fui el mismo día (bueno, un día después). 


 Parece que solo tengo que ir a La Coruña en estas fechas. La demo terminará sobre las 3 de la tarde pero nuestro vuelo de vuelta no es hasta las 8. Así que me dará tiempo a comer tranquilamente y tomar un café largo (en cafeína y tiempo). El año pasado recuerdo que comimos en la plaza mayor (o del ayuntamiento) en una de esas terrazas acristaladas. Pasé un momentazo de esos de nirvana, con los rayitos de sol entre los cristales y los efluvios del ribeiro. La verdad era para celebrarlo. En dos viajes que hice a La Coruña en dos semanas se firmaron tres proyectos. Aunque la visita de mañana no está tan clara. Como todo lo de este año. Con la crisis las empresas no invierten en software; se apañan con lo tienen. Por otro lado, muy normal. 

Me gusta La Coruña. Como Bilbao, Vitoria, Burgos..estas ciudades del norte son muy parecidas a mi ciudad. Y cuando paseo por sus calles las siento cercanas, "me suenan", como si hubiera paseado por allí hace tiempo. Como cuando paseo por las calles de mi ciudad, cuando voy desde Madrid. Puedo (re)encontrame en cualquier esquina.

No puedo dejar de recordar que la parte más chungui será que voy en avión. Ya he dedicado varios posts a este no sé qué, que me da con los aviones... Me había librado desde junio que fui a Paris. Cinco meses sin avión. Lo conseguí. Aunque haya tenido que tragar horas y horas en tren. Me harán miembra de honor del AVE y todos sus polluelos.

Pero mañana no hay más remedio. Intento ponerme siempre adelante, que se notan menos los movimientos.  Pero en la vuelta de Paris nos pusieron atrás del todo. Dios! qué sacudidas al despegar y pasar por una nube. Que mi compañera señaló la ventana y dijo con miedo HALA! y era la nube, pero yo que estaba mirando por el rabillo del ojo y vi una sombra pensé que era otro avión justo a nuestro lado y que chocaríamos al instante. Tanta cosa me daba estar al final que contagié a mis compañeras y en pleno vuelo nos pasamos a unos asientos que estaban sin ocupar en las filas de la entrada. Eso sí, sacando nuestros equipajes y dando el pestazo al camembert que llevaba una en la maleta, ante los ojos atónitos de los parisinos. Pues qué miráis y qué oléis, si es vuestro queso.

También creo que ya conté que un taxista nos dijo que el aeropuerto de La Coruña estuvo cerrado muchos años porque un avión se estrelló en la montaña por la niebla. Y es que la pista está rodeada de montañas (pero pegandito) y por allí siempre hay niebla. Al menos en las fechas en que yo he ido. Menos mal, que ahora los aviones son más sofisticados y casi ninguno se cae. Voy con mi compañero francés, así que iré más tranqila. Me importa menos estrellarme si voy con alguien. Sentirme acompañada en ese momento de caída libre. Cuando caemos, no nos gusta sentirnos solos.

 http://martahora.blogspot.com/2010_11_01_archive.html

 http://martahora.blogspot.com/2010/12/la-coruna-y-barcelona.html

domingo, 27 de noviembre de 2011

DAFs

Segunda reunión en la calle Fortuny. La operación está aprobada por el Consejo en los términos presupuestados pero hay una nueva incorporación que debe ver el software porque va a ser uno de los usuarios. 

- "Es un formalismo", me dice el Director de Administración y Financiero. "Eduardo acaba de entrar y nos gustará tener su opinión pero el proyecto está aprobado". 

- "Qué cargo tiene" le pregunto al DAF. 

- "Alto", me dice.  

- "Pero, más alto que tú?", pregunto. Se calla un momento para luego repetir "alto". 

- "Hombre, pues tú eres el Director Finaciero..." , intento sonscarle. 

(Y pienso otra vez, no debería tomarme tantas confianzas con los DAFs. Pero qué le vamos a hacer, es mi trabajo. Y a mi jefe le gusta, que es el que paga mis vicios).

Intento averiguar si una operación que llevamos negociando dos meses, se me va a ir al garete por este nuevo fichaje. Normalmente, las nuevas incorporaciones en cargos altos se tienen que poner medallas. Tienen que lucirse y mostrar sus altos conocimientos adquiridos en los colleges, scuuls y mássterres. Deben justificar la pasta que les pagan y parecer que la merecen. Y, eso, en caso de procesos de negociación de proyectos supone que te las van a hacer pasar canutas hasta que se llegue a firmar. 

Así que como Eduardito tiene que ver el programa para lucirse un poco, pues allá vamos. Eduardo se ganó el título de Eduardito tras cruzar tres frases con él. Dije, ya lo tenemos aquí. Al payaso de turno. Paciencia. Que además hoy se me revienta la cabeza por las puñeteras cervicales. 

  - "Pues no conocía vuestra divisón de software dentro del grupo.."
  - "Igual como tú llevas dos días no lo sabes, pero ellos ya llevan 10 años trabajando con otra de nuestras soluciones". 
  - "Es que no sé si un programa de este tipo luego aporta algo o es más sencillo hacerlo en excel..."
  - "Eduardo, dudar ahora de la utilidad de los programas informáticos en cualquier área.. Es como si me dices que te haces un balance a mano; o que te llevas a la oficina la máquina de escribir.."
  - "Ah, y solo es por vía web? Pero si la red falla?"

La cabeza en ese momento me arde y pienso, si la red falla te la metes por el culo. Pero consigo decir: "si la red falla, mal vamos y habría que resolver muchos problemas antes. En cualquier caso, nosotros no hemos creado el sistema tecnológico actual en el que todo corre por internet. Solo intentamos adaptarnos y aportar siempre la teconología punta. Y ahí, te vamos a aportar todas las garantías. Otra cosa es si se te estropea el teléfono o el router o hay un terremoto. Ahí no puedo entrar". 


Estas elocuentes preguntas tuvieron lugar antes de la presentación. Después, mi compañero mostró las funcionalidades del programa y también hubo algún intercambio tenso. Pero la parte más intensa fue al llegar al presupuesto y dijo directamente que era carísimo, que él no pagaba 80.000 euros. 


     ((Qué??----Y deja de mirarme el escote!!!))

  - Eduardo, llevamos dos meses negociando con el DAF y el proyecto ya ha sido aprobado por el Consejero.  
  - Pues ya hablaré yo con Alberto a ver esto.. 

Intercambiamos algunas frases como cuchillos. Mi compañero se levanta y se va al baño. Creo que teme que le salpique la sangre. 


Joder, un pavo que lleva dos días en la empresa y dice "hablaré con Alberto" (el consejero, mísmisimo descendiente del creador de la empresa). En fin, tocó el enchufaíllo.. 

Nos vamos y quedamos en seguir en contacto durante esos días. 

Pues me ha llamado todos los días. Y todo para conseguir que le bajara 2.000 euros!! del presupuesto. Por dios! Qué poca clase. Ni que fuera a pagarlos él. 

Aunque, en las últimas conversaciones ya casi estábamos en plan de amiguitos. Él me decía: "Marta, tú comprende que yo entro en una empresa, me tengo que responsabilizar de un proyecto, blabla.."Si luego es majete...Cuando uno abandona su papel y sale la persona, pues eso... 

Mañana, si lucifer quiere, me enviará el contrato firmado. 

jueves, 24 de noviembre de 2011

Los caminos del amor son inescrutables

Vi las gotitas en sus botas marrones. 

No sabía si eran del barro tras la tarde lluviosa o porque acababa de vomitar.

Agachada en el banco, con su enorme melena desparramada por la espalda y sus manos sujetando la cabeza, la VI por primera vez. 

Y comencé a sentir algo blando por ella. Ternura, ganas de cuidarla, de acariciar su cabello para siempre. Su (y mi) dureza se habían ido. El amor es blando, escurridizo. Todas las barreras deben caer para que consiga entrar en el pecho. 

Miré otra vez su pelo y las gotitas en sus botas. Y sentí amor. 

martes, 22 de noviembre de 2011

G H I

Esta tarde voy al fisio, bueno a la fisio. Lo de matización no es fetichismo de bollo. Me la han recomendado. Ana, delgadita, rubia, con unos “dedos finitos pero que te taladran”. En fin, lo de deditos que atraviesan, taladran… Me lo dijo una compañera de trabajo hetero y para ella no tendrá connotaciones especiales. Como cuando me fui a Burgos con mi novia y me preguntó que qué tal morcillona  (ella no sabe nada…).
Tengo súper-jodidas las cervicales. Puto ordenador y puto jefe. La posturita con el portátil me está llenando de nudos; y la tensión y el estrés de mi jefe me los ponen durísimos. Los nudos, no los pechos.  
Así que a ver si esos deditos me ablandan un poco los pedruscos. Creo que la sesión será algo dolorosa, de apretar y estrujar. Aún así intentaré contener mis jadeos y suspiritos. Y es que tengo el punto G en la espalda. Ahí, a la vista de todos. Cuando me tocan la espalda parece que estoy doblando una peli porno. Y no es fingido o sobreactuado. Es que me produce un inmenso placer. Sin duda, más placer que al resto de la gente. A veces, en verano, si llevo camisetas con la espalda descubierta y me rozan sin querer, como en el metro, con la puntita de la hoja de un periódico, me estremezco brutalmente; arqueo totalmente la columna vertebral, todo el vello se me eriza y emito un gritito, ay.  Ay…AHÍ.
Luego tengo el punto H, que ya no está tan a la vista. Este no suena, salvo en castellano antiguo. Háblame en castellano antiguo, amor.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Biorritmos

´Según la teoría de los Biorritmos, en el momento de nuestro nacimiento se inician tres ciclos biológicos de distintas duraciones y se mantienen a lo largo de nuestra vida: físico, emocional, intelectual. Así en los distintos días estamos con diferente energía, estados de ánimo, etc. El ciclo va de +10 a -10. Y el cero se considera día crítico.

Hoy estoy en el -10 del ciclo emocional; me indican que tenga cuidado con los choques de personalidad. Ahora me avisan, que viajaba sin cinturón de seguridad y del choque de personalidad salí despedida a la cuneta...

También me dicen los biorritmos de hoy que realice actividades analíticas y no creativas. Pues eso, no haré actividades creativas. Pasaré una tarde analítica.

Y no conozco una mejor forma de pasar una tarde analítica que tomando vinos, cervezas y similares con mi amiga la rubia happy de clinique.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Hay

Días que son una lección para toda la vida. En los que todo parece que está al límite y que lo vives como en decorados. Como si todo se precipitara, se acelerara, se excitara fuera de ti. Y lo vieras pasar deprisa, borroso, a cámara rápida. Tú apenas eres dueño de tus palabras o movimientos. Vas ralentizado, detrás del ritmo que te marca la realidad. Esa inercia vital, existencial, de supervivencia hace cuestionarse dónde queda la libertad. En qué medida podemos salirnos de esas líneas tan marcadas y que, a veces, hasta podemos ver. Como cuando vamos por las pasarelas mecánicas-cintas transportadoras del metro. Sí, tú vas. Pero ella te lleva.

Hay días que empiezan mal, continuan peor pero acaban bien. Un beso tiene el poder de cambiarlo todo. Un beso te permite volar y pasar de cintas transportadoras y semáforos.

martes, 15 de noviembre de 2011

Qué buena soy

He dicho con orgullo cuando he encontrado mis 40 euros dobladitos en el banco de mi comunidad. 

Vuelvo de hacer unas compras, correr, caminar y que me dé el fresquito en la cara.. Llamo a mi madre, a mi novia y a mi amiga la rubia. Vuelvo andando a casa y sigo hablando con mi amiga. Entro en la parcela y me siento en un banco, continuo hablando y me pongo cómoda en el banco. Flexiono una pierna mientras nos reimos de una chorrada. Me muevo, me voy a otro banco.. Y vuelvo a espatarrarme otro poco mientras nos explayamos, contándonos nuestras cositas. Me doy cuenta de las posturas que ponemos cuando estamos hablando con alguien de mucha confianza. 

Subo a casa, me quito el pantalón deportivo. Saco las llaves, el teléfono, el mp3 y las moneditas. ¿Dónde están los billetes? Joder, con las veces que he sacado el teléfono, el mp3, cómo voy a adivinar dónde se han caido con todo el recorrido que he hecho por el barrio. 

Decido bajar al menos a los bancos donde me acabo de sentar. Pienso que seguro que ha sido allí. Pues sí. Allí estaban los dos billetes, intactos, inertes. Supongo que después de un minuto se los habría llevado el viento. Pero ahí estaban. Quietos. Reconozco que me hizo ilusión. Una ilusión tonta, de que..no sé..de que había reaccionado a tiempo. De que los perdí pero los recuperé. De que no querían abandonarme. De que con ese valor puedo hacer un maravilloso regalo (símbolico.., vamos que no soy una rata, que ya sé que con 40 euros no se compra un anillo de compromiso o una suite de lujo..). De que la vida, a veces, sí te da una segunda oportunidad aunque la cagues. 


La ilusión tonta, a veces, es difícil de encontrar.

 

lunes, 14 de noviembre de 2011

Lamentablemente

Hay dos verdades universales. 

Todo pasa. Y nada llega. Y de ahí nuestro eterno estado en un punto intermedio, que algunos llaman andar el camino. Francamente, jode, a veces, andar tanto para nunca llegar. O haber llegado, para tener que continuar el camino, sin poder conservar los pasos dados, en una cajita.

- ¿Se está acercando mi etapa anti-zen? 
- Sí, pequeño saltamontes. Todo pasa. 
- Pero, y ahora qué. ¿Caminar más?. Maestro, estoy un poco perezoso. O, se podría decir que cansado.
- ¿Quieres que te corte las piernas? 
- No, no. Pero ¿podría llegar ya a algún sitio?