Tomás entró después de su padre.
Difícil no ver sus gafas aunque estuvieras en la otra punta del vagón, o en otro vagón o en tu casa desayunando.
Las gafas verde fosforito, de pasta o plástico, no sé bien. Más que grandes, monstruosas, ocupaban gran parte de su cara, sus cejas, su pelo y practicamente invadían el aura de todos los que estábamos allí. Los cristales, dos ventanas al desconocido mundo de las matemáticas, el inglés y las broncas de sus padres.
Su padre viste mono azul de fábrica de toda la vida con chaleco de plumas gris oscuro. Mira a Tomás en silencio y es imposible averiguar si esta viendo realmente a su hijo o al artefacto que luce (o más bien, desluce) en su cara. Piensa, "igual me he pasado al comprarle esas".
Tomás antes llevaba unas gafas de pasta negra al estilo Ray Ban. Él es muy tímido y se pone muy serio, y siempre viste de colores oscuros como su padre. Todas las tardes, cuando volvía del colegio repetía en casa, que en el colegio le decían que parecía un señor mayor. Y su padre tenía que escucharlo mientras calculaba si llegarían a final de mes y encima el coche se ha estropeado y su mujer piensa que puede estar embarzada.
Una tarde fue a buscar a Tomás al colegio y el niño se lo volvió a repetir, "papá, me han dicho....". No le dejó terminar la frase, le cogió fuertemente de la mano y dijo ahora mismo vamos a la óptica.
- Así que no quieren unas gafas serias. Estas son muy alegres y con ese tono verde tan divertido, no lo va a llevar un señor mayor. Es un modelo precioso para un niño...
Ahora a Tomás lo llaman semáforo
Aunque él ya no dice nada
Yo llevé unas rayban así, wayfarer, hace cuatro años, quise adelantarme a la tendencia, fue duro; ahora ya nos hemos acostumbrado a las gafas grandes. Me pesaban en la nariz. Cuando me ponía lentilllas me sentía ligera como una pluma.
ResponderEliminarPues yo me he resistido a ese modelo hasta hace poco...como que no veía.. Realmente me veía cara de tonta y me daban la sensación de peso, sí.
EliminarPrefiero llevar lentillas, como tú dices te hacen sentir ligera y no ves la vida a través del cuadrado del cristal. Son el mejor invento!
Me encanta tu blog. Y las gafas de ese niño. Yo tuve un alumno muy parecido, llamaba la atención constantemente por alguna razón que él detestaba, y un día apareció con las gafas más grandes del mundo, como diciendo: miradme ahora.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por pasarte por aquí y encantada!
EliminarSí, el mundo de las gafas, de los que las llevan, de lo que se ve a través de la inevitable distorsión de los cristales, de como se ve a los que las llevan.. Todo un mundo de matices, sobre todo en los niños.
Besos
Yo acabo de comprarme hace nada unas grandes. De pasta azul brillante. Y una alumna mía tiene unas moradas enormes... guapísima. Modas que van y vienen. Pobre crío.
ResponderEliminarEstaréis guapísimas ;-)
EliminarLo importante es que Tomás se de cuenta de que la vida que realmente vale la pena vivir es aquella en la que uno se arriesga a intentar cambiar todo lo que no le gusta ,( a ver si cojo nota:), y que si el cambio de ahora no ha sido acertado ( que a lo mejor si, quien sabe) otra vez el cambio sera para mejor..fijo
ResponderEliminarBesos Marta
Saluditos extremeños
Noor, es cierto que hay que cambiar todo lo que no nos gusta... Funcionamos tanto por el ensayo-error...
EliminarTú crees que deberías tomar nota? No creas... Pienso que hay diferentes tipos de personas también para eso. Hay personas que nunca están contentas con nada y siempre piensan en cambiar todo, casa, pareja, coche, móvil, trabajo.. Y hay otras personas más tranquilitas que sencillamente no se plantean la vida en términos de "me gusta-no me gusta". Eso puede ser un laberinto.. Creo que cada uno tiene un ritmo en eso y que cambiamos cuando es una necesidad para nosotros.
Hombre, siempre está claro que si es una situación o un estado que te hace sufrir, eso sí se debería tender a cambiarlo
Besos
A veces ni siquiera cambiamos por necesidad, aunque deberíamos. A veces preferimos sufrir a que sufran otros...aunque es cierto que cada persona tiene su ritmo, su tiempo . No es que quiera cambiar todo lo que no me gusta ( eso seria mucho pedir) ...pero algunas cosas si.
EliminarBesos
Bueno...pues poco a poco.. Una a una... Ya me vas contando :-)
Eliminar"Aunque él ya no dice nada", me gustaría saber qué tono tiene en tu cabeza esa frase. Cambia la historia...
ResponderEliminarMe encanta que el padre le agarre con fuerza de la mano.
Un mundo lleno de matices sí...
A Tomás le van a llamar algo, lleve lo que lleve. Son sus gafas, pero es todo él. Y si no es por sus gafas, será por su mochila, sus botas, sus cuadernos.Aunque para eso, y al menos en mi época de colegiala, los que llevan gafas suelen ser blanco de bromas y motes: gafotas y demás.. Es
Eliminarcomo el alumno del hada lesbiana, siempre le miraban.
Entonces, Tomás se da cuenta, lo asume y no gasta energía en luchar contra ello. No presta atención. A la vez que ha empatizado con su padre y no le calienta la cabeza diciéndole lo que le llaman en el colegio
gracias por tu explicación.
EliminarEs un placer
EliminarMarta, me complacerías, por favor, por favor, por favor, escribe un post de esos que me gustan a mi. Hazlo como regalo de Navidad :-))
ResponderEliminarPero Blau, ya no te gusta lo que escribo? Me partes el coreazón... :-p)
EliminarPues es que no sé...Supongo que he cambiado de vivencias, de estilo... Pero lo voy a intentar jo...Todo para complacerte!
(Por cierto, una pregunta, tú blog? No lo encuentro...)
Marta, si me gusta, solo que un poquito de cotidianidad para mi.
ResponderEliminar(Mis blogs están privatizados, te invito si quieres :-P dame un correo)
martahoraes@hotmail.com
EliminarPues no sé por qué me sentí identificada con Tomás... y eso que para mí las gafas fueron el mejor invento, hasta entonces todo eran sombras confusas :) ¡me encantó la historia!
ResponderEliminarGracias, Rocío! Encantada, Besos
ResponderEliminarHas abandonado este lugar? Para siempre? :(
ResponderEliminarBesos.
Eso mismo pregunto yo.....
ResponderEliminarMarta, dijiste que me ibas a complacer :-( un poquito de historias del AVE :-)
ResponderEliminarMarta qué tal te va? Ya leo que somos unas cuantas lectoras las que ya no disfrutamos tus aventuras ^^
ResponderEliminarTienes a tus fans esperando el lanzamiento de una nueva entrada...
Yo repito e insisto... por eso no he quitado esta entrada de "favoritos"... vuelves?
ResponderEliminarGracias, guapas, volveré pronto!!
ResponderEliminarBesos y abrazos para todas!
biennn!!!
ResponderEliminarvuelve pronto
se te echa de menos
besos
"volveré pronto"... el concepto de pronto es siempre relativo...
ResponderEliminarEfectivamente... pronto, pronto, digamos que no es...
ResponderEliminarPor estas latitudes ya empieza a ser una falta, ¿eh? :)
Vuelve, ¿no?