martes, 1 de marzo de 2011

Desde el Café Iruña

En Bilbao. (Gracias E, me ha gustado mucho este lugar. Lástima que no tuviera tu móvil, al final voy a estar más de un par de horas sola y podríamos haber tomado café, mi compañero salió hace un rato hacia Barcelona) 

Mi tren sale en una hora.

Día de lluvia y gris. Pero a pesar de eso, me ha encantado Bilbao. Me gustan mucho las ciudades del norte. Me gustan las chicas de aquí, su energía, su expresión.

 
Ay, hace muchísimos años que dejé de fumar y me apetece tanto encender un cigarrillo. La primera calada, la taza de café solo sin azúcar y el vasito de agua. Tal vez, porque este cafetín se parece mucho a los de mi ciudad, a los de mi pasado. O puede que, como dicen, seguimos siendo fumadores durante toda la vida. Como los alcohólicos. Así que, en este preciso instante, en que no echo de menos a nadie de este planeta ni del universo, anhelo y, casi saboreo, la primera caladita de un cigarro. ¿Me importan poco las personas? ¿Me gustaría estar aquí con alguien? ¿O preferiría tan solo la compañia de un cigarrillo? Sí.

Pero para pasear, una mano. Y en la habitación, un cuerpo frío-ardiente.  El cerebro, lo dejamos para después. Conozco muchos cerebros y pocos cuerpos. Tengo que igualar el porcentaje.

4 comentarios:

  1. lástima, a mí siempre me han querido (u odiado) por mi cerebro... sobre el cuerpo... las opiniones recibidas no son representativas

    en fin... no hay manera...de encajar... y eso que soy del norte

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  2. vaya... a esa hora estaba a 30 metros de ti... en la calle de detrás, Ledesma... una pena
    Me alegra que te gustara, a mi también me gusta mucho el Iruña
    Otra vez será :)

    E.

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  3. Si es que Bilbao es mucho Bilbao! Cuándo vas a calentar el asiento? No paras!

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