domingo, 3 de octubre de 2010

Asistidme margaritas

¿La llamo?

Si la llamo pueden pasar dos cosas. Que no me lo coja. O que me lo coja.
Si no me lo coge, despotricaré y me sentiré la mujer más desgraciada de la Tierra.
Si me lo coge, puede ocurrir que todo vaya muy bien y fluya. O que haya tensión y no entendimiento.
Si no va bien y no fluye, pues todo habrá terminado.
Si va bien y fluye es lo peor que puede ocurrir. Porque ¿ahora qué? ¿qué se hace y qué se dice cuando estas cosas van bien? ¿cuándo se da el siguiente paso, si es que hay que dar algún paso? Hacerlo sutilmente o directamente (a por todas). Uy, qué miedo. Y, sobre todo, cuando ya hemos cortado. Eso sin contar la variable de que ya tenga otra pareja. Qué descastada, no haber guardado ni tres meses de luto.

¿No la llamo?

Si no la llamo, nunca lo sabré... Pero es que hay cosas que mejor no saber. Uno tiende a evitar el masoquismo.

Hay tantas teorías sobre eso de que mejor hacer algo y equivocarse que arrepentirse de no haberlo hecho... Pero no lo tengo tan claro. Porque por ese principio, invité a cenar a una chica y casi se me viene con su novio y un amigo Holandés.

Pero es que no sé porque llevo tantos dias pensando en llamarla. Porque yo ya puse la barrera. Y si se acabó, ya está. Y yo para estas cosas soy la voluntad personificada. Así que, si lo estoy pensando tanto, será por algo; es una señal, no te jode.

¿La llamo o no la llamo?

Lo pensaré mañana.

2 comentarios:

  1. Yo no la llamaría.. ya cometí ese error muchas veces y no lleva a nada.. o al menos a nada bueno.

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  2. Yo la llamaría si supiera que la quiero, que estoy colgadísima de ella, si pienso que es ella la mujer de mis "sueños".
    Si no se cumplen los factores expuestos anteriormente, no la llamaría.
    Game over.

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