miércoles, 20 de octubre de 2010

Espejito

Más de una vez se me han declarado un día que estaba feísima. Es que yo tengo días guapos y feos. Supongo que como todo el mundo, pero a mí se me multiplican por mil en la intensidad. Que cuando estoy guapa, estoy muy muy guapa. Y cuando estoy fea, es un horror. Normalmente, menos mal, la frecuencia de días guapos supera por mayoría absoluta y aplastante al número de los días menos afortunados.

Pues no sé por qué, los días de mi fealdad se me han declarado en varias ocasiones. Ya. No importa. En todos los casos me conocían de antes y ya me habían visto en mi hermosura. Y esa fealdad puntual, no hacía sino acentuar la belleza natural e innata. O, tal vez, en mi aspecto feo haya algún matiz que resulte irresistible; como mi bondad e inteligencia extremas, que se muestran al natural.

1 comentario:

  1. no estaba pensando aún en el oculista ese...

    a mi antes me gustaban la gafas, pero ahora las odio, ademas cada dos por tres las pierdo ;)

    ResponderEliminar