domingo, 31 de octubre de 2010

Gris, casi blanco-negro

O es que me estoy convirtiendo verdaderamente en zen. O es que,simplemente,me estoy haciendo mayor.

Veo el otoño de una manera tan diferente a hace unos años... Antes,sentía una especie de tristeza, desilusión y bajón en estos meses. Soy muy solar y en verano estoy en todo mi esplendor. En los meses de otoño e invierno me veo mutilada sin la luz y el calor que me deben corresponder para estar toda entera.

Sin embargo, este año estoy disfrutando mucho de los grises, del frescor en la cara, de los diferentes tonos de las hojas de los árboles: verde oscuro, marrón, rojizo, amarillo.. Y el olor a humedad con tierra y madera tierna. No me siento especialmente triste. Me preocupa. Pienso que igual tengo un estado de tristeza crónica, ya sin matices estacionales. Con la edad se va perdiendo la intensidad de las cosas, de las buenas y de las malas. Y pienso que igual ya tengo bastantes años y estoy comenzando con ese síntoma de la senectud.

Pero también puede ocurrir que haya desarrollado, por fin, una mayor capacidad de adaptación al medio y no me resisto, sino que fluyo, con las condiciones ambientales. Puede ser, también, que me fije más en la belleza existente. O que torne, con mi mente, lo horrible en bello. Esto supondría un cambio mental, que doy fe que se ha producido.

Puede ser sencillamente, que recuerdo. Que recuerdo que hoy hace un año conocí a la mujer de mi vida. Y que, con ella viví todos los tonos del otoño y del invierno. Y que todo el frío y la oscuridad de estos meses fueron luz y calor.

Pero, no nos engañemos. Ni soy una anciana, ni soy zen, ni estoy con la mujer de mi vida. Así que no tendría que tener ningún motivo para estar tranquila y gozosa del paisaje. Percibo un paisaje gélido y negro al otro lado de la estampa amable y superficial que veo. Aunque supongo que es lo que se piensa cuando se está bien. Cuando parece que todo va bien o que no pasa nada (malo). Pero sientes el vértigo unas décimas de segundo. El vértigo,porque sabes que en cualquier momento cualquier cosa (mala) puede suceder.

Uff, qué catastrófica, me ha quedado esta parte final. Me daban ganas de quitarla. Pero, la mantendré, en pro del existencialismo. O del hiperrealismo.

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