jueves, 14 de octubre de 2010

Botones

Hoy como se me olvidó el mp3, en el trayecto al trabajo en el metro, me vino una idea tonta. Pensé que era una mujer afortunada porque en los 8 años que llevo en Madrid no he cosido ningún botón. No sé coser, ni botones. Mirando atrás, recordé que Nerea, mi compi-amiga-hermana, me había cosido varios. Y, que algunos se los había llevado a mi madre. Pobrecita, cuánto sufriría el día que me fui de casa, pensando que dónde iba sin saber coser un botón. Pensaría, esta no se me casa.

Me di cuenta que en todo este tiempo, en ocho años, se me habían descosido poquísimos botones. El tiempo pasa más despacio para los botones que para los humanos. Porque a mí en el mismo tiempo se me ha descosido muchas veces el corazón, y he notado grandes desgarros debajo de mis ojos y en los muslos.

Mira, igual son esas cosas que tengo que empezar a hacer para cambiar mi karma futuro. Porque, igual el universo piensa como mi madre. Y no merezca encontrar a nadie hasta que no cosa miles de botones, haga dobladillos, cenefas y vainica doble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario