viernes, 17 de diciembre de 2010

Mi amigo J.M

Mi amigo abogado, J.M,  es la persona que más lee de todas las que conozco. Sobre todo lee tochos de historia y política. Y le encantan los de batallas. También es gran entendido en narrativa. Pero, aunque superdotado y con alto CI, tiene un defecto que le impide entender la filosofía. Por eso, mantenemos largas conversaciones. Yo alucino cuando él me habla de acontecimientos históricos y él alucina cuando yo desarrollo ideas varias, en plan filosófico o sociológico.  

Lo conocí al poco tiempo de venirme a Madrid. Era uno de mis clientes, que sencillamente utilizó mi teléfono para que le hiciera un contrato y para ligar conmigo. Yo al principio, me resistí. Claro, no me gustaba. ((¿Por qué será?)) Pero después de mantener algunas conversaciones con él, no podía rechazar tanto plancer mental en mi vida. Supongo que a él también le habrá valido con el placer mental durante todos estos años.Aunque hubiera preferido otro tipo de placeres.

Durante dos o tres años, estuvimos quedando muchos fines de semana. Salíamos a cenar y a conversar. También hicimos varios viajes en su BMW rojo. De estos de ida y vuelta en el día, claro. Nada de dormir por ahí. Él dejó a su novia de entonces, esperando, alguna vez obtener algo de mí. Después de los años, resignado, volvió con su novia y se casó.

Me dijo que, sobre todo, se enamoró de mí en dos momentos concretos. Uno, cuando saliendo de un caro restaurante hindú, me di de frente contra el cristal de la puerta (joer, cómo habían limpiado el cristal ese día, y yo con dos cervezas). Y dos, cuando vio mi cara bajando por las escaleras del Alcazar de Segovia (me entró un ataque de pánico cuando me percaté que de la escalera de caracol sólo había una barandilla y el resto estaba al aire). Supongo que sucede así. No nos enamoramos de la gente en sus momentos guays.. Sino en sus momentos-error. Cuando sale el lado más auténtico de la persona. Los errores, los momentos-fallos de cada uno, son lo más genuino. El resto sólo es personaje, el yo-social, el yo-impostado. Así que mi amigo JM se enamoró de mí cuando dejó de ver en esos momentos a la mujer segura, espléndida y alegre para encontrar a la mujer torpe y miedosa. Recuerdo algo así en "La insoportable levedad del ser"; Tomás se enamora de Teresa cuando oye el ruido de sus tripas.

Esta noche cenamos en el japonés de lujo donde cenamos la primera vez que quedamos. Fue el sábado siguiente a los atentados del 11M y un día antes de las famosas elecciones. Caminando por el centro, mientras nos dirigíamos al restaurante se oían distintas manifestaciones. Fue un día raro. Se respiraba inestabilidad. Parecía que algo brutal había golpeado a España y que podría haber cambios importantes. Los hubo. Ese día me divertí muchísimo. Acabé muy borracha, no tenía conotrolado yo lo del sake. Mi amigo J.M, también quedó bastante perjudicado etilicamente. No sé cómo pudo conducir para llevarme a casa.

Por cierto, a este restaurante en cuestión, es al que llevé a mi ex el último día que nos vimos. El último día que la vi. El pasado 24 de julio. No es que esté tan obsesionada, es que tengo excelente memoria. Tengo tanta memoria que no logro olvidar ni cómo respiró la primera vez que nos vimos.

4 comentarios:

  1. Qué pedazo de post, me ha encantado y me he reído un montón, pedazo de payasa debes ser, jaja! Tu relación con JM parece sacada de una comedia romántica, me encanta! Pásalo bien hoy! Aunque en los japos no ponen jamón de bellota...

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  2. Jaja, sí, !algo pasa con Marta".. Me gusta sacar el lado de humor de cosas que a lo mejor no lo parecen

    Me encanta el jamón, japonés, hindú, árabe, español, italiano.. Disfruto con éxtasis todos los sabores. Me gusta todo, menos los huevos. Y no es coña;-)

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  3. A mi me encantaría tener una conversación filosófica (de esas que haces gala) contigo, pero frente a frente.... a ratos me gusta divagar y filosofar.

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  4. Qué cierto eso que dices del enamorarnos cuando aparece lo auténtico y dejamos de lado, aún sin querer, el personaje; aunque el personaje también forma parte de nosotr@s! Me parece que lo que nos enamora es ver la vulnerabilidad del otr@, que no es perfecto y eso nos enternece. Bonito post, Marta, gracias

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