martes, 4 de enero de 2011

El cuadro verde

Es la pieza que falta para completar mi vida.

Hoy, por fin, me di cuenta mientras miré ese hueco de la pared vacío.

Hace más o menos un año, mi ex (consultura de feng shui, entre otras cosas) llegó a mi casa con un par de varillas para medir diversas energías de la casa y, sobre todo, de mi habitación. Yo que pensé que íbamos a hacer el amor. Le había dicho en alguna ocasión que me levantaba cansada pero, vamos, es que madrugando creo que es lo normal. Pues nada más entrar en mi habitación, abrió su mochila y sacó ese par de varillas, se subió a mi cama y, con una varilla en cada mano, se dispuso a medir la energía que emanaba del cuadro que tenía en la cabecera de mi cama: una lámina del Principito. Maldición!! Las varillas se movieron hacia dentro, El Principito tenía energía negativa. Yo con estas cosas tiendo a no dramatizar y no lo di demasiada importancia (vamos, que tampoco me lo creía mucho.., total, pobre Principito que no le quería ni su rosa por la energía negativa que tenía). Pero luego midió la energía de un Buda y las varillas se abrieron muchísimo hacia fuera; mi ex decía que siempre en las imágenes de Buda se demuestra la energía positiva. Luego, con las mismas varillas me midió el aura a mí; según ella, la tenía muy grande (aunque dicen que el tamaño no importa, a ella le encantó que la tuviera grande).

Pues este movimiento en mi habitación de retirar el cuadro del Principito, fue el primero de muchos cambios que vinieron después. Ella me hizo un estudio completo de Feng Shui de mi habitación. Justo cuando me dispuse a cambiar todo según sus indicaciones, fue cuando me dejó. Cuando terminé realizar todos los cambios y todo quedó ordenado según los patrones del Santo Feng Shui, volvimos. Y luego, fui yo quién la dejó. Lo único bueno de todo esto es que decoré la habitación. Independientemente de si tiene efectos o no, el feng shui te ayuda a decorar. En cada zona, te dice qué colores o material poner; así que, es un guión excelente. Cada espacio de la habitación representa un ámbito de la vida (pareja, familia, salud, trabajo, fama, sabiduría, etc.) y cada uno de ellos debe estar ocupado por un color y un material para favorecerlo.

Pues bien, sí, cambié la ubicación de los muebles; compré algunos nuevos, etc. Pero lo único que quedó por hacer fue poner el cuadro en la parte de la cebecera de la cama; en el lugar donde se encontraba el Principito. Tenía que ser un cuadro verde, para completar el mapa feng-shui. Y en todo este tiempo no he encontrado ninguno que cumpla los requisitos y que, además, me guste. Desde luego, nada de paisajes, ni Van Gogh, Monet o similar. Quiero algo abstracto con un verde como-pistacho que dé muy buen rollo, alegría y relax al mismo tiempo. Y no lo encuentro.

Mis compis me regalaron un cuadro de palos de bambú verdes. Era bonito pero muy pequeño para poner encima de una cama matrimonial. Así que lo colgué en otro rincón de la habitación que también precisaba color verde. Por cierto, cuando lo colgué, me caí de la silla y me di un fortísimo golpe en el pecho. Fui a urgencias porque pensé que me habría roto alguna costilla o algo.. Me dolió durante dos semanas. Ya, todo pasa por algo. El dolor de amor-corazón que por entonces sentía por mi ex desapareció para convertirse en un dolor real de pecho.

En fin, que sigo sin mi cuadro verde y sin completar el puzzle feng-shui de mi vida. Fue la pieza que primero quité y la que más estoy tardando en poner. Tal vez, es que no quiero ponerla. Me gustan las cosas inconclusas, por terminar. Es que a mí eso de que algo está terminado, completo, acabado me da un poco de agobio. Es como un estado final. ¿Y después qué? Prefiero que siempre queden piezas, fases, procesos por hacer.

3 comentarios:

  1. Quien sabe, tal vez en breve tengas ese cuadro...Besos

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  2. quizá deberías volver a poner al principito, tenía energia negativa porque se sentía solo, recorta una foto de Letzia y se la pegas a su lado...(el amor todo lo cura). Verás como la próxima vez que pases las varillas está contento el chaval con su princesita...

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  3. Jajaja, Lui. Tú sí que tienes energía positiva

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