viernes, 21 de enero de 2011

Las capas de cebolla

Todos tenemos algo inconfesable.

O muy difícil de contar.

Algo que nos da realmente miedo, nos aterroriza y, por eso, ni lo mencionamos.

Puede ser algo que nos haya pasado y nos avergüenza.

Algo muy profundo de nuestro ser, que nos ha marcado.

O, tal vez, nuestro lado de perversión. O de friqui.

Hay cosas que se cuentan muy fácilmente. Son las que están en nuestra capa más superficial. Descripciones, narraciones de hechos pero sin introducir ningún sentimiento o sensación. Historias asépticas.

Luego la capa intermedia. Aquello que contamos y en las que emitimos opiniones, sentimientos y sensaciones. Ahí ya nos hemos quitado la primera capa y nos mostramos en diferente grado. El cómo estén expresados esos sentimientos va a hacer que el que escucha, ve o lee, sienta, a su vez. Puede servir de catarsis, incluso. Y hasta puede llegar a conmover.

Y en la capa más profunda está nuestro yo inconfesable.

Hoy, antes de ponerme escribir, he pensado. En qué nivel he de moverme. Cuál es el nivel apropiado para un blog. Ya sé, ya sé. El que yo quiera. Faltaría más. Pero lo que yo me quería preguntar es eso. En qué nivel QUIERO moverme. Tampoco da para mucho el tema. En el primero, seguro que no. El segundo, lo que pasa, es que es un poco ancho; y se puede estar rozando el nivel superficial o el inconfesable. El punto medio del segundo, tal vez, sería lo adecuado. Y, bueno, en el nivel inconfesable, se me acabaría pronto el blog; porque tampoco tengo tantas cosas secretas-ocultas-profundas. Tal vez, sólo dudaría en contar una cosa que sucedió. No en mi vida. Al lado de mi vida.  Y, no es nada de perversión sexual, eh.

CONCLUSIÓN: me quedo como estoy. No he avanzado nada en mi reflexión sobre el contenido del blog.

Ya sé. Ya sé... Hay muchas más fórmulas: escribir textos ajenos, crear historias en tercera persona..

En fin, creo que alguien pensó mucho sobre cuestiones como estas y dijo lo del punto medio.

Que no el punto G.

2 comentarios:

  1. Ummm vaya, y por qué no? Queremos punto GÉ, queremos punto GÉ! GÉ-GÉ-GÉ!

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  2. supongo, que también depende del receptor, no crees ¿'?
    ese, que pensó...el punto medio no seria un discipulo de Platón ;)

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