miércoles, 5 de enero de 2011

Zen-utrio

Hoy ha sido un día raro, raro, raro. He descubierto al monstruo que habita en mí y que sale en estos días de navidades. Me he sorprendido teniendo "malos pensamientos", pensamientos de "mala leche". Uff, anda que no me queda a mí para ser zen. Me agobia que requieran mi presencia mi familia, mis amigos.. Debería estar feliz por ello, pero mira no, me pone de mal humor. Los compromisos, las obligaciones, los deberes me agobian muchísimo. Y, yo que pensé que este año lo iba a tener dominado.. Pues a ver si para el que viene.

Me llamó mi amigo J.M. Quería acompañarme a comprar los regalos que me quedaban. Con todas las bolsas que llevaba, ya no me quedaban manos para sujetar el móvil y se me cayó al suelo cuando ya casi estaban cerrando las puertas del vagón. Me cogí un rebote... Le respondí un poco mal, creo. Que no podría ir con él y comprar los regalos, él me haría perder tiempo.

Me llamó mi madre, preguntando si iría a mi ciudad para la comida de reyes. "Que me dejes, qué agobio. No puedo estar todo el día con la maleta". Hija, sólo te he preguntado.

Me llama mi hermano. Bueno, está bien que descanses unos días pero por venir a comer no te pasaba nada.

Me llama mi cuñada. Me había venido a Madrid sin enseñar a mi sobrina a saltar a la comba y tiene examen la próxima semana. Joer, con lo fácil que desarrollo sentimientos de culpabilidad.

Me llama mi compi. ¿Al final te quedas o te vas a nuestra ciudad? Para hacer la cenita de reyes y darnos los regalos.... Pero si vas y vuelves mañana, llegas a la cena de todos modos.

Me llama mi ex. ¿¿?? Cuando estoy en el metro de vuelta a casa veo DOS llamadas perdidas suyas. Qué prisas son esas. En ese momento pienso que igual se ha equivocado. Pero eran DOS llamadas.. Uff, no me apetece hablar con ella HOY. Pero igual le pasa algo, yo qué sé.. Por mis excelentes modales, siempre respondo a una llamada (aunque sea tarde o con un mensajín de nada). Una llamada no atendida queda para toda la vida en el universo. Necesito llegar a casa, dejar mis manos libres de estas cadenas del consumismo, perdí-la cuenta del número de bolsas. Al sentarme un minuto tranquila decidiré si la llamo. Soy una blanda. Claro que la llamaré. Marco. No responde.

Una hora más tarde, envío un sms: Hola! Te llamé al ver tu llamada. Que tengas felices reyes y bonitos regalos. Besitos.
Un minuto después, ella responde: Lo mismo te deseo estoy en rehabilitación ahora. Un beso y a ver si quedamos un día. Feliz año nuevo!

Para qué me llama DOS veces. ¿Soy muy blanda? ¿O sigo enganchada?

Nada, ni zen, ni nada.

2 comentarios:

  1. bueno son dias asi,no hay nada que hacer, sólo respirar, ya pasaran ;)

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  2. www.zentaoconmushakarma.blogspot.com

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