martes, 11 de enero de 2011

Estudiando mi no-erección

Llevo unos días un poco obsesionada con eso de los finales de los post. Siempre he considerado que un buen post, una buena historia que se cuente, una algo, lo que sea, tiene que tener un buen final. Bueno, no en el sentido de que "acabe bien". Sino que sea contundente, un mazazo a los sentidos (o, al menos al cerebro), algo que merezca la pena haberlo escrito o contado. Como las frases finales de las películas que todos recordamos: Casablanca (el comienzo de una buena amistad); Con faldas y a lo loco ("nadie es perfecto"). Y ese final de Lo que el viento se llevó cuando Scarlett es rechazada por Rhett e intentará recuperarlo en su amada Tara: mañana pensaré cómo recuperarlo, después de todo, mañana será otro día. Uff, qué finales.

Me he empeñado en poner finales imponentes a los post. Y que los que pongo en los últimos días son como el culo. No sé si es que deseo impresionar o algo así. Ya impresiono lo suficiente cuando me conocen. Y, bueno, he sacado sobresalientes, matrículas de honor, sin ir a clase.. Vamos que ya me he demostrado mi capacidad mental. Así que me extrañaría que mi subconsciente albergara alguna necesidad de este tipo. Pero nunca se sabe...

El caso es que no sé por qué, con el fin de estudiar el fenómeno de mis finales como el culo e intentar resolverlo o, al menos, mejorarlo, me ha venido a la cabeza una teoría psicológica que estudié sobre cómo combatir la impotencia. Resumiendo consiste en algo así: uno tiene que luchar con todas sus fuerzas en que el hecho en sí se produzca. Porque si se produce podrá estudiarlo. Esto va en contra de la evitación del problema. Si lo evitas, no lo podrás ver, comprender y, por tanto, resolver. ASí que, en el caso de la impotencia, se recomendaba a la pareja que estuvieran en todo tipo de situaciones y en las de desnudez, preliminares, etc, y que el hombre evitara por todos los medios que se le empinara. Así vería las circunstancias externas, los signos internos, etc. Y, según esta teoría (esto yo nunca me lo llegué a creer), de tanto intentar forzar para que no se le empinara, pues se le acabaría empinando. Se producía un desplazamiento de la atención y la concentración de la idea "qué catástrofe no se me lavanta" a la idea "no se me puede levantar, estoy estudiando qué pasa". Es decir, desplazamiento de problema a estudio. Y, voilá, magia. Tenía un problema y ahora tengo un estudio. El problema ha desaparecido. Se me levanta.

Pues algo así quiero hacer con mis finales como el culo. Voy a potenciarlos. (Van a ser días difíciles para las pocas pacientes que me lean). Tengo que multiplicar mis finales como el culo para poder estudiarlos. Ver de qué procesos mentales defectuosos proceden. Medir su temperatura, su estatura, su peso, su presión sanguínea. Hacer un análisis detallado. Y emitir un diagnóstico y tratamiento.

Hoy comienzo mi estudio a las 22:55.

2 comentarios:

  1. bien, si necesitas cualquier tipo de ayuda... solo tienes que pedirla... :)

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  2. dios, Marta y para qué quieres estudiarlos teniendo esos principios y esos teorias ufff ;)

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