viernes, 26 de noviembre de 2010

Match point

Desde las seis de la mañana en pie y hasta ahora haciendo horas extras (en mi casa y no remuneradas) traduciendo los textos del francés de un nuevo programa que tenemos que ofrecer para cerrar una operación... En fin, eso de que los vendedores,muchas veces, ofrecemos humo, es verdad. En alguna ocasión, hemos vendido programas aún no hechos. Bueno, hechos en la teoría. Imaginados, en defintiva. Pero aún no desarrollados.

En fin que desde las seis sin parar, con demo de por medio, y ya me planto.

Mañana también madrugo. Jornada intensiva de yoga en casa rural de la sierra de Madrid. Haremos varias técnicas: pranayama (respiración de toda la vida), mantras (el ohmmmm y otras similares). Luego comeremos en silencio (vaya, yo que voy para ligar). Y por la tarde, recorrido por la naturaleza, atención acrecentada, se llama (pues con el fresquito de la sierra, a ver si son mis anginas las acrecentadas).

Bueno, en serio, me apetece mucho ponerme mi ropa zen y recibir toda esa buena energía durante todo el día. Se lo he dicho a mis compis de trabajo y me dicen que me va a hacer falta la energía zen. Finales de año, cumplimiento de objetivos, varias operaciones a puntito. Uff, afrontar el momento del match point con buena predisposición. Cuando ya has hecho todo lo posible en un proceso de venta y negociaciación (has mostrado el software, has superado las objeciones, has rebatido el precio) el proceso se queda muchas veces en un punto muerto. Este proceso es una partida de tenis. Saco-recibo. Me la tiran, tengo que recogerla. No puedo perder ningna pelota que me lancen. Y cuando ya sólo queda esta pelota que se queda en punto muerto antes de caer definitivamente, puede pasar cualquier cosa. Puede avanzar o puede pararse (torcerse) la operación. La pelota está en el aire y cualquier cosa puede hacer que vaya a un lado o a otro. Tú ya has hecho todo lo que tenías que hacer (o casi todo). Y sólo algo muy pequeño, un matiz, hará inclinarse la balanza. A veces, muchas veces, tú puedes generar ese matiz, puedes soplar un poquito para que la pelota vaya donde tú quieres. Una llamada al director financiero. Tal vez, al de sistemas. Una llamada agradable, o tal vez, agresiva. Un correo contundente con copia a to dios para que el pánfilo de turno no te esté bloqueando la firma y los demás no se enteran. Otras veces, sencillamente no hay que hacer nada y esperar; cualquier movimimiento haría que la pelota saliera disparada.

Pues digamos que yo tengo muchas pelotas de partido ahora mismo. Muchas operaciones en ese puntito. Y dos, muy gordas. Los análisis de cada situación pasan de la objetividad a la subejetividad en un segundo. Lo lógico no siempre es lo adecuado. Y el camino recto deja de ser el más corto. La intuición supongo que juega un papel muy importante. Creo que está de moda el tema de la intución en los ejecutivos; con multitud de libros y cursos. Y yo, en fin, simpre he tenido la impresión de que no me cosco de nada. Así que, bueno, como todo, me lo tomaré como un aprendizaje. De momento, no lo llevaré tan mal. Llevo ya varios añitos viviendo (y viviendo bien) del rollo este.

Así que mañana me pondré mi ropa zen, mis botas de senderismo y mi plumas colorao. Respiraré todo el aire que pueda de la sierra, y lo iré dosificando para soplar, una por una, a todas mis pelotitas de partido hasta que caigan donde yo quiero.

4 comentarios:

  1. El ohm te va a salir con tiritera. Abrígate bien y disfrútalo!!

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  2. Pues mucha suerte! Y ya nos ocntarás si has ligado sin hablar nada de nada y mientras comes, porque eso sería digno de admiración, eh??

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  3. Pues ya nos cuentas como van tus pelotas, y lo de ligar pues esperamos que nos digas si funcionó alguna de las posturas.

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  4. Gracias por vuestro interés. El paseo por la sierra una gozada; el juego de atención que hicimos era caminar con los ojos vendados por el campo y una persona que iba detrás te dirigía con toquecitos de palo en las piernas la dirección a la que debías ir, más que nada para no caerte por el barranquillo. Así, se desarrolla la atención, concentración y confianza en el otro.

    La comida sin hablar muy bien. A veces, también no apetece hablar por hablar. También es una forma de desarrollar la atención en otras cosas que no son "las conversaciones vanales". Y, total, ya vi que no había mercado para ligar... Como mucho, la profesora. Así que, ni posturas amorosas ni na de na...

    Y la pelotas, veremos.

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